Guardiola ha tenido que aislarse de la euforia para evitar relajaciones propias de la autocomplacencia. :: AFP
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El peligro de sentirse campeón acecha al Barça

Guardiola advierte a sus jugadores de que la Liga no está ganada todavía y les regala dos días de desconexión para que lleguen a tope al partido

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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«El equipo todavía no se siente campeón, de eso ya me encargo yo. Nos queda mucho por correr y sudar». Pep Guardiola no da la Liga por ganada, eso está claro. Pero aunque avise de que el Valladolid se jugará la vida en el Camp Nou y advierta de las sabidurías técnicas de uno de sus maestros, Javier Clemente, al entrenador del Barça le va a costar contener esa peligrosa sensación de que el título ya es azulgrana. El exceso de confianza es algo muy contagioso. Los aficionados pueden permitirse esa licencia tras el 2-3 de Sevilla, pero los jugadores no.

Guardiola, que siempre ha sabido manejar la psicología del grupo, aflojó su presión de las últimas semanas a la plantilla recién finalizado el choque del Ramón Sánchez Pizjuán: dos días de fiesta y permiso para asistir a distintos actos. Sin duda, la mejor forma de rebajar la tensión vivida el sábado, cuando un partido impecable se estropeó por dos errores aislados y se transformó en una tortura de veinte minutos.

Dicho y hecho. Alves se quedó en Sevilla para saludar a la legión de amistades con las que convivió en su etapa hispalense. Y ayer, la gran desbandada. Xavi, Piqué, Puyol, Busquets y Bojan tenían la intención de acompañar a Joan Laporta en París, donde el Regal Barça jugó anoche la final de la Euroliga ante el Olympiacos. Por la mañana, Pedro, Pinto y el propio Piqué estuvieron en Circuit de Montmeló viendo el GP de España de F-1.

Pero mañana, máxima concentración para comenzar a preparar la última jornada de la Liga. Tras el entrenamiento hablará Carles Puyol para repetir el mensaje que Guardiola lanzó el sábado: "Dependemos de nosotros mismos, pero la gente no puede venir creyendo que está todo hecho, el título lo tenemos que ganar todos juntos". No es casualidad que hable uno de los portavoces del vestuario. En el Barça se controla todo. Quién mejor que el capitán para hacer un llamamiento de prudencia a todo el mundo.

Sin conductor de juego

Y el técnico, que descansa menos que nadie, ya medita como solucionar el último problema de la temporada. Con Xavi sancionado por acumulación de amarillas e Iniesta lesionado, con escasas opciones de reaparecer ante el Valladolid, el Barça afrontará el encuentro sin un conductor de juego. Una media formada por Busquets, Touré y Keita no garantiza buenos balones para el tridente de la casa: Messi-Bojan-Pedro. Quizás se atreva con Thiago Alcántara, el cerebro del filial y con madera de crack.