Sociedad

LAS RISAS Y COPLAS DE LAS NIÑAS

CRÍTICA TEATRAL Actualizado: Guardar
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La esencia del Gran Teatro Falla llegó el pasado viernes al recién nacido Teatro Quintero de Sevilla. Iniciaba temporada teatral nada menos que con el experimento de Antonio Álamo y la Chirigota de las Niñas, o lo que es lo mismo, Chirigóticas. En su segundo espectáculo, 'La maleta de los nervios', ya se ha establecido un estilo y lenguaje propios. Desde el mismísimo Barrio de la Viña tres amas de casa reflejan el día a día popular. Con reminiscencias de cuarteto carnavalesco, pero bien orientadas por el dramaturgo cordobés y director del Teatro Lope de Vega, las tres actrices estrenaban las tablas del Quintero, 'teatralmente' hablando porque el flamenco ya ha probado la sala. Entre ocurrencias y cuadros de la típica 'maría' o 'maruja', como gusten, apenas atrezzo más allá de unas sábanas tendidas. Y mucho texto, del cercano y de chiste facilón, sin pretensiones, con alguna crítica escondida o directa, como exige el Carnaval. Si no existiera la intervención de Álamo, poca sería la distancia con el formato tradicional de la fiesta gaditana. Quien siga el concurso, disfrutará la propuesta. Eso sí, carencias como obra teatral, demasiado desnuda de grandes ideas, que no solventan por mucha imaginación que le echemos; con saltos en las historias que, en realidad, son una sucesión de momentos que presentan las vidas de las protagonistas. Se echa en falta un hilo conductor más presente. Entre cambios de perspectiva, se entrelaza la tragedia con la risa por la risa, dejando un sabor amargo entre tanta carcajada.

Ana López Segovia, Teresa Quintero y Alejandra López Segovia han crecido al interpretar a estas 'malitas' de los nervios, agobiadas por la crisis. El viernes mantuvieron el tipo en un evento tan singular. Ni un temblor en la voz al cantar, y eso que fue a capella. De la copla de Mari Fé a éxitos actuales, como buen popurrí chirigotero. Estrenar en un inicio de actividad teatral tiene su mérito y requiere valor. Sobre todo si el prólogo lo ha escrito Jesús Quintero cinco minutos antes, para dar la bienvenida a su teatro de la calle Cuna, antiguo Cine Pathé. «Un teatro vivo», como afirmó el periodista, abierto a talleres, lugar de encuentro.todo el día y no sólo para subir y bajar el telón de la función. Personalidades de la televisión y el teatro pasearon por el vestíbulo y despidieron en pie a estas Chirigóticas que defienden la risa por encima de todo, incluso de uno mismo. Porque las malas rachas, con buena actitud, son menos duras.