Indignación

Hoy me decía un militante socialista indignado que, a partir de ahora, para que el partido te haga caso, lo que hay que hacer es abrir un blog con unos colegas en el que pongas a caer de un burro a tus propios compañeros y al resto de la humanidad, con comentarios llenos de ataques personales a todo el que no piense como uno, amparándose en una libertad de expresión que cada uno entiende como le da la gana excepto cuando le tocan la joroba, sin argumentos de peso y simplemente porque no te gusta quien manda que, por otro lado, ha ganado democráticamente en una asamblea.

Aunque no se cree de la misa la mitad -siempre las partes interesadas lanzan globos-sonda- estaba que se subía por las paredes después de haber leído en LA VOZ una noticia que cuenta que el regional apoyaría la candidatura de Marta Meléndez si integra a los del blog, que no pasan de una treintena, la mayoría con carné de hace dos días. «La indignación en el partido de gente que llevamos muchos años trabajando es mayúscula» y se preguntaba «¿Cómo se puede ser tan torpe? y entrar al juego de cuatro ambiciosos que lo único que quieren es colocarse y vivir del cuento».

En fin, habrá que esperar acontecimientos, lo cierto es que si es así, entre los compromisos que hay entre las distintas familias socialistas, habrá que hacer una lista de más de 50, como la de la comisión ejecutiva local, y firmar una cláusula para evitar que el próximo grupo municipal se rompa nada más empezar su legislatura repitiendo el espectáculo de las últimas semanas.

El Código Penal

Dos gaditanos están de enhorabuena, uno de adopción, Juan Carlos Campo, secretario de Estado de Justicia, y su asesor, el fiscal Ángel Núñez, que el viernes ya celebraban la aprobación del nuevo Código Penal, tras una votación que, en cierto modo, les satisface. El que tanto el PP, por no parecerle lo suficientemente duro, y el PNV e IU, por todo lo contrario, se abstuvieran hizo que este texto legal saliese adelante sin votos en contra. Ya en La Marea, los amigos esperaban a Ángel Núñez con una cerveza para felicitarlo.

Porque lo digo yo

Una amiga me contaba que cuando empezaba a despuntar la adolescencia y preguntaba a su madre el por qué tenía que volver a casa a las diez o por qué había que levantarse temprano los domingos, nunca obtuvo contestación que la convenciera. La respuesta autoritaria siempre era la misma: «Porque sí, porque lo digo yo que soy tu madre». Su rebeldía hacía que apareciera a las once y que el domingo no hubiese dios que la levantara de la cama. Nunca entendió el 'porque sí', sin ninguna explicación más y su impotencia iba a más a medida que cumplía años. Una simple explicación lógica, hubiera sido suficiente para evitar que se marchara de casa a los 18 años, a otro lugar lejos de allí. Salvando las distancias, de kilómetros claro, es lo que parece que le ocurre al rector con la Escuela de Enfermería de la Sierra. Se niega en redondo a justificar el por qué se opone a esta inversión privada, que daría trabajo a mucha gente de la zona y que supondría dar facilidades a jóvenes a acceder a unos estudios especializados y que cada vez tienen una mayor demanda en la Unión Europea. Todo ello sin contar que incluso el centro ofrecería un 20% de becas a estudiantes con escasos recursos económicos para que estuvieran en igualdad de condiciones con el resto. Pese a las concentraciones de la plataforma y su repercusión en los medios todavía no he visto un razonamiento lógico o una explicación sobre esta negativa, lo que hace pensar que es 'porque sí, porque lo digo yo que soy el rector'.