
El control enfría la motorada
Muchos moteros se plantean cambiar de destino y evitar El Puerto para disfrutar de la fiesta
Actualizado: GuardarCon las ruedas intactas. Los moteros que se concentraron en la Bahía no se excedieron de algunos tímidos acelerones ni se atrevieron con exhibiciones arriesgadas. El amplio dispositivo de seguridad cumplió su objetivo de evitar incidentes, y sólo se registraron tres heridos leves en El Puerto, uno de ellos en el entorno del centro comercial Bahía Mar, que fue el punto más conflictivo de la jornada. Los hosteleros consiguieron llenar sus terrazas, pero no alcanzaron el nivel de ingresos de años anteriores. A su juicio, los controles policiales y la abundancia de badenes han espantado a los moteros que vienen a la Bahía con motivo del Gran Premio de Motociclismo de Jerez.
«El año que viene nos vamos a otro sitio». Por el paseo marítimo de Valdelagrana, uno de los puntos de encuentro favorito de los aficionados, se podía transitar sin problemas de aglomeraciones. «Lo recuerdo con una moto tras otra, acelerando, y la gente bebiendo tranquila y sin problema alguno». Raúl, Iván y Fernando, de Toledo, aseguraron que este año se sienten cohibidos en sus motocicletas. «Está todo demasiado tranquilo. Hay que gastar más ruedas».
Tres heridos leves
La guerra de botellas que se produjo en el centro comercial Bahía Mar se saldó con un herido leve, que fue evacuado de inmediato por una ambulancia. Otro joven fue trasladado al hospital Santa María del Puerto de madrugada, tras caer de su moto, pero fue dado de alta al poco tiempo. En total se registraron más de un centenar de heridos, todos leves, menos uno, entre El Puerto, la Sierra, Algeciras, Sanlúcar, Puerto Real y Jerez. Por la tarde, una mujer fue ingresada en el hospital Puerta del Mar, de Cádiz, por una caída de su motocicleta, pero su estado no revestía de gravedad.
Horas antes, con la mayoría de terrazas llenas a la hora del almuerzo, muchos hosteleros confirmaron el bajón en la afluencia de moteros que ya se avistó durante la jornada del viernes. «Han venido por la playa. Yo tengo clientes, pero no son moteros». En la cocina del bar Juan Antonio, en Valdelagrana, mantenían la actividad, pero lejos del ritmo frenético de otros años. «Si esta es la fiesta de las motos, hay que darles facilidades. Pero sin consentir el vandalismo». Francisco Peña, de la tienda de regalos Bisutec, consideró que la organización es buena, pero demasiado estricta. «No decimos que permitan el vandalismo. Pero si estamos en crisis, el Ayuntamiento no debería poner tantos impedimentos». Desde la tienda El Mercadillo, se repitieron las quejas. «Después vienen a cobrarnos los impuestos». El mismo discurso, en el establecimiento de periódicos. «No vienen por la crisis y porque han puesto un millón de badenes», dijo Olga.
Un argumento que se escuchó entre los propios moteros. «Hay muy poco ambiente y muchos resaltos. No nos dejan hacer nada». Sergio, de Barcelona y Almudena, de Salamanca, se quejaron de la actuación policial. «Los antidisturbios nos echaron a todos anoche de la avenida porque se produjo una pelea. Sacaron las porras y no nos dejaron ni coger las motos hasta poco después. Nos tratan como si fuéramos delincuentes». Unos metros más adelante de esta terraza, en el restaurante Puerto Madrid, el ambiente era desolador. Manolo, uno de los camareros, comentó que tenían incluso menos clientela que un fin de semana cualquiera. «El 80% de los que tienen casa aquí no vienen por las molestias de las motos. Pero este año tenemos más control que en la cárcel Puerto I».
Sin oferta de ocio
Noelia, José, Guadalupe, Ñiñi y Raúl son los únicos que continúan fieles a la cita de la veintena de amigos que se venían juntos a la Motorada. Procedentes de Madrigalejo y Orellana la Vieja, de Extremadura, se quejaron por la ausencia de ofertas de ocio. «Estamos aquí porque nos gusta el sitio y la comida. Pero podrían habilitar una zona específica para que disfrutemos de las motos u organizar exhibiciones de profesionales con medidas de seguridad. Eso lo hemos hecho nosotros mismos en nuestros pueblos, con el patrocinio de los bares».
El otro punto candente de la Motorada en El Puerto, la Ribera del Marisco, tampoco estuvo sobrada de visitantes. De hecho, según los hosteleros, después del almuerzo se produjo un éxodo hacia poblaciones colindantes, como Sanlúcar o Jerez, que este año cuenta además con el aliciente de la Feria del Caballo.
«Llevo 15 años poniendo el puesto en la Motorada y nunca he visto unos días tan flojos como los de este año. Va muriendo lentamente en favor de otras localidades», afirmó Teresa Sánchez. En esta zona tan sólo unos pocos se atrevieron a quemar rueda o a hacer un caballito. Furgones de la Policía Nacional y controles de la Local ralentizaron el tráfico, lo que imposibilitó que se vieran los habituales acelerones de los moteros. Algunos como Luis Domínguez o Javier Ariza, negaron con rotundidad que entre sus planes para el año que viene entre El Puerto como destino.
La reducción del tiempo de estancia en la ciudad portuense ha sido otra circunstancia que se ha evidenciado en esta edición de la Motorada. Si antes transcurrían toda la jornada en El Puerto, ahora sólo acuden a comer a los bares del centro. «El viernes se ha notado bastante y hoy -por ayer- tan sólo hemos colgado el cartel de lleno durante la hora del almuerzo, porque por la tarde se fueron bastantes motos y quedaron muchos huecos en el 'parking', algo que antes no ocurría», explicó Álvaro Narbona, empleado del estacionamiento.
Pocos ciudadanos salieron beneficiados de la movida motera, ni siquiera aquellos que agudizaron el ingenio para intentar obtener unos ingresos extras guardando los cascos y mochilas por tres euros, o alquilando garajes privados para las motocicletas. La reducción de visitantes también fue la causa de que apenas hubiera retenciones significativas en el tráfico, como suele ocurrir en el tramo urbano de la antigua Nacional-IV. Las previsiones de los hosteleros de la Bahía apuntaron a que la jornada de hoy, última de este año, será más corta que la de anteriores ediciones del Campeonato de Jerez.