«Si un ordenador me permite escuchar música gratis, ¿por qué voy a pagar?»
El músico vasco visita Jerez este viernes de la mano de su gira 'Antes de que cuente diez'Fito Cabrales Líder de Fito y Fitipaldis
CÁDIZ. Actualizado: GuardarViste camisetas con mensaje o de rayas, boina y gafas de sol ahumadas. Luce patillas y grandes aros en las orejas. Pero no sólo su imagen es inconfundible («a veces el personaje se come a la persona»), sino también su voz y el sonido de su guitarra. Mejor dicho, de sus guitarras, porque tiene cerca de medio centenar («demasiadas porque he perdido la cuenta»). Con su anterior disco consiguió lo imposible, vender un millón de ejemplares, y el último, 'Antes de que cuente diez', se convirtió en disco de oro en sólo una semana. Fito Cabrales, líder de Fito&Fitipaldis y ex de Platero y tú, regresa este viernes a Jerez con grandes dosis de rock y un telonero de lujo: La Cabra Mecánica.
-Acaba de conseguir tres Premios de la Música. ¿Son importantes los galardones para usted?
-Sí son importantes. Los reconocimientos están muy bien, como las palmaditas en la espalda, aunque lo importante es el día a día.
- Su anterior álbum,'Por la boca vive el pez' fue disco de diamante tras vender un millón de copias. ¿Ahora, es una utopía conseguir eso?
-Sí. Vender ahora 200.000 discos es igual que cuando Mecano vendía millón y medio. La industria cambia, la sociedad... No hay que tomar el pulso a la música por los discos que se venden. Si por mí fuera haría discos en vinilo, pero mis hijos lo que hacen es escuchar música por Internet si les gusta alguna banda. Por un lado, me da pena que las cosas cambien, pero la música no tiene que depender de lo que se venda.
-¿Quizá ahora el éxito se medirá por las giras o la cantidad de conciertos que ofrezca un grupo?
-Ahora llegamos a más gente que antes. Si haces una canción, la puede escuchar hasta un japonés. Pero los músicos nos seguimos ganando la vida en la carretera. En ese sentido las cosas han cambiado a mejor: aunque no vendas muchos discos, tienes más gente que acude a los directos.
-Pocos están dispuestos a gastar dinero en un disco pero sí lo hacen con las entradas de un concierto.
-Claro. Todo responde a algo muy lógico. Si a mí me dan la tecnología necesaria para escuchar a mil bandas sin pagar ni un duro, ¿para qué me lo voy a gastar? Y eso que yo soy músico. Pero también lo haría. Eso sí, si a mí me interesa algo, está claro que me lo voy a comprar porque quiero tenerlo. Igual que si ese músico para por mi localidad, iré a verlo.
-¿Hay que resignarse entonces?
-Las personas tenemos mucho miedo a los cambios. Se pueden poner mil ejemplos: el divorcio, la mili... Somos animales de costumbres y nos cuesta cambiar. Pero antiguamente no se podía grabar la música y existía. Así que nunca morirá porque se grabe de una forma u otra.
-Es coleccionista de vinilos...
-Sí, aunque compro más cedés porque escucho mucha música en la carretera. El otro día le regalé a mi hermano el último disco de Bunbury en vinilo. Parece algo grande pero es cultural. Eso sí, a los chavales no les hables de cedés, y si mencionas los vinilos, parece que estás ahí con la gramola...
-¿Ahora hablan de gigas?
-Claro. Como no tienen esas referencias, no las echan de menos.
-¿Escucha más música extranjera que en castellano?
-Sí, más americana. Pero siempre escucho música nacional porque conozco a muchos artistas. Hay un interés extra cuando se trata de amigos. A veces compro un disco sólo porque me parece interesante la portada.
-Y sus hijos, ¿le hacen descubrir artistas nuevos?
-Todavía soy yo el que les va influyendo. El mayor tiene 12 años y no para de escuchar AC/DC. Tiene un grupo con sus amigos y se juntan para tocar temas. Está bien conocer los orígenes del rock, pero hay que escuchar lo más fresco porque es lo que te mantiene actual.
-Cuando ve a su hijo tocar, ¿siente orgullo o vértigo?
-Sólo me produce alegría. Parece que si tocas la guitarra, tienes que dedicarte a la música, pero puedes disfrutar tocando y ser dentista. La recompensa la tienen siempre.
-¿Qué aporta 'Antes de que cuente diez', su último álbum, con respecto a su anterior trabajo?
-A veces los músicos queremos cambiar muchas cosas con respecto a nuestros discos anteriores. Pero luego la gente no se da cuenta. En este caso hemos cambiado músicos, hemos intentado grabar a la antigua usanza pero no sé si el público lo percibe o no. La gente lo escucha y le gusta o no le gusta, y ya está.
-Hay gente que opina que sus temas son todos iguales...
-Podría tomarmelo mal y decir 'es que no tienen ni puta idea' pero, por otro lado, es que no tienen por qué tenerla. Eso sí, un disco no debe juzgarse por eso. La música te gusta o no te gusta y ya está. Lo que sí es verdad es que un artista busca siempre un sonido propio. Al principio tienes referentes y te guías por ellos, pero luego buscas tu identidad. Por eso que alguien me diga que escucha un tema y sabe que es de Fito y Fitipaldis me parece un halago. Lo que sí me resulta curioso es que lo digan de mí, porque hay pocas bandas de rock en España que abarquen tantos estilos como Fito y Fitipaldis.
El rock, un estilo de vida
-¿Qué significa ser rockero?
-Es algo más que la música. Es una forma de entender la vida, una actitud. Hay mucho rockero que no necesita mucho volumen para emocionar y muchas bandas a las que le sobra posa y mala leche, ya que debajo no hay nada. La forma de expresar la música te hace rockero, mucho más que el estilo.
-Y, ¿hasta qué punto es importante la imagen?
-Igual que en la vida. Hay gente que lo tiene más en cuenta y otros que lo tenemos menos (risas). Puede ayudar si hay una base debajo, como en los Kiss. Mi forma de vestir es la de siempre. No me cambio para subir a un escenario. Pero a veces, el personaje te come.
-Dice que le cuesta más componer letras que música.
-Sí, es más difícil expresar con palabras que con música. Es más divertido tocar la guitarra que ponerme con un boli a pensar qué me remueve las tripas. No es sólo cuestión de trabajo. Para hacer seis canciones, rompo dos libretas pero para hacer música vale cualquier momento.
-Es un gran coleccionista de guitarras. ¿Cuál es la joya de la corona?
-Guitarras, tengo demasiadas. Tengo tres Stratocaster del 84 que llevo en los conciertos. Son piezas antiguas que han dando la vuelta al mundo y que conseguí a través de amigos.