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Exteriores obvia los ataques de Chávez y exige más explicaciones
El presidente venezolano promete a Moratinos indagar si algún miembro de su Gobierno colaboró con ETA y las FARC
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno da por no oídos los pronunciamientos de Hugo Chávez sobre las sospechas de cooperación entre su Ejecutivo, ETA y las FARC de Colombia. El presidente venezolano adujo que el auto del juez Eloy Velasco -en el que se asegura que existen indicios de esta relación- y la petición de explicaciones que el lunes trasladó vía telefónica el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, son «tristes restos de la época colonial española». «Nosotros -añadió- somos libres». Ahora España espera una respuesta más elaborada y detallada de su gabinete.
No se ha querido echar los pies por alto porque, según asegura la diplomacia española y al margen de las declaraciones floridas del gobernante caribeño, Moratinos recibió el lunes por la noche, de boca del propio Chávez, la promesa de que se investigará si ha existido algún miembro de su administración, en algún nivel, que haya facilitado la relación entre ambos grupos terroristas. En todo caso, su primera reacción fue negar con vehemencia la acusación.
Las relaciones con el líder bolivariano nunca han sido fáciles. Chávez tiene en sus manos un poderoso elemento de presión. En Venezuela hay una importante presencia de empresas españolas y eso ya ha hecho en ocasiones anteriores que el Ejecutivo abogara por templar gaitas antes de tomar decisiones diplomáticas drásticas, como llamar al embajador a consultas. En noviembre de 2007, ya hizo todo lo posible por evitar este gesto cuando tras el «por qué no te callas» del Rey el presidente venezolano, en la cumbre iberoamericana de aquel año en Chile, amenazó con apretar las tuercas a los empresarios nacionales.
Comparecencia
El PP afirma que España debería romper relaciones diplomáticas con Caracas si se confirma su apoyo a ETA y sostiene que lo que dice el auto del magistrado de la Audiencia Nacional es suficientemente importante como para llamar al embajador ahora. Pero el Gobierno prefiere aguantar. Entiende que es preciso esperar a conocer los resultados del sumario abierto así como las «investigaciones» de las autoridades venezolanas. En todo caso, el primer partido de la oposición ya ha solicitado la comparecencia de Moratinos en la Cámara Baja para que explique sus gestiones.
Que la primera respuesta de Chávez y del Ministerio de Asuntos Exteriores venezolano resulta insatisfactoria es algo que admitió el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso. Éste advirtió de que es preciso que se aporten argumentos «suficientemente convincentes y consistentes» por parte de Caracas porque la cobertura o colaboración con las organizaciones terroristas sería «grave e intolerable».
Quien comulga plenamente con la primera contestación venezolana es el portavoz de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares. Igual que en el comunicado remitido el lunes por el departamento del canciller, Nicolás Maduro, Llamazares desestimó las pruebas aportadas por el juez Velasco con el argumento de que, en su mayor parte, provienen del ordenador del líder guerrillero Raúl Reyes, fallecido en una incursión de Colombia sobre la selva ecuatoriana. Según él, los archivos explorados «tienen más pinchazos que un colador», algo que «sabe todo el mundo en América Latina». Es también la tesis de Venezuela, que mantiene una relación tensa con el Gobierno de Álvaro Uribe. Entre tanto, el juez remitió ayer al Ejecutivo de Caracas un escrito en el que pide información sobre la supuesta colaboración con las FARC y ETA.
En el plano estríctamente judicial, la Asociación de Víctimas del Terrorismo pidió ayer personarse como acusación en ese sumario.