Varsovia, al ritmo de los versos
Penalva, Llorente y Ramos, amantes de la cultura de masas, leen sus poemas en un famoso y concurrido café de la ciudad Tres jóvenes poetas españoles asaltan la capital polaca
VARSOVIA. Actualizado: GuardarEs viernes por la noche y estamos en 'Czuly Barbarzynca', el café-librería de Varsovia más entrañable, un lugar de tertulia y amistad. La lectura, más que la compra de libros, es la reina del local, donde el café-capuccino y el té afrutado son la norma dominante. Tres jóvenes poetas españoles de 'La Quinta del Setenta y Pico', es decir treintañeros y polifacéticos, han asaltado el café-librería. Vienen a leer sus poemas y a charlar con el público que el Instituto Cervantes de Varsovia ha reunido. Un centenar de personas, la mayoría mujeres jóvenes, han venido a deleitarse con los versos de Joaquín Juan Penalva, Vicente Llorente y Pepe Ramos.
Los asistentes van buscando un lugar donde colocar sus posaderas, y algunos piden consumiciones a los atolondrados camareros. Mientras, los poetas charlan distendidamente con cuantas personas se les acercan. Como escribe el crítico literario, poeta y ensayista Juan Miguel López Merino, «sus poemas no son de esos que uno tiene que leer en silencio, sino voces agridulces y sin voz. Son cinéfilos, melómanos, informáticos y músicos, profesores y editores».
López Merino, que hizo de moderador en el acto, califica la poesía de Penalva, Llorente y Ramos, de «arte libre y pluriempleo, pirotecnia y mucha sed, artefactos de palabras cargadas de humor y piel». Efectivamente, en sus versos, que son espasmos de la cotidianidad, hay de todo: humor, crítica, risa y tristeza; desamor, sexo, esperanza y desasosiego.
Profesor de Secundaria
Son tres poetas que se resisten a encerrarse en una torre de marfil y no hacen ascos a la cultura de masas y la pasión desatada por la vida.
Poco antes de la ocho de la tarde, empieza la velada poética con estos «ventrílocuos del ser», en palabras de Juan Miguel López Merino, autor de títulos como 'El invierno metido en los pulmones' y 'Roger Wolfe y el neorrealismo español de finales del siglo XX'.
Tras una breve introducción sobre los tres poetas a cargo de López Merino, empieza la lectura. Le toca el turno a Joaquín Juan Penalva (Novelda-Alicante, 1976), que es doctor en Filología Española por la Universidad de Alicante y actualmente es profesor de Secundaria en su ciudad natal. El primer poema, 'La última carga de Errol Flynn', es un precioso homenaje a las películas de aventuras.
El poema 'Espectros' es también un homenaje a un largometraje, 'Los otros' de Alejandro Amenábar. El público se deleita con los versos de 'La tristeza de los sabios', 'En mi ciudad blanca' y otros poemas de este joven creador alicantino, que se califica a sí mismo de «un maestro del desguace que quiere ser capaz de ensamblar elementos de procedencia diversa». Vicente Llorente (Elda-Alicante, 1973), cuya larga cabellera rizada le da un toque romántico., empieza su lectura con 'Menú del día': «En este bocadillo de fiesta/que es a veces la vida/tenemos los años/el tiempo/los amigos/Las risas bañadas en aceite./Pero también hay un hueco/ en nuestras viandas/para la nostalgia en su punto/para la fiebre hervida/para el dolor con clavo y otras especias./Después de todo, el mar/empuja la herida que se atraganta/en la boca del miedo ¿De postre?/Tomaré otro abrazo de nata/otro beso de chocolate./La esperanza, como el hambre,/Suena en mis tripas. Sobre la mesa/ Un plato vacío». 'Colegio', 'Todo el tiempo del mundo' y poemas inéditos como 'En tierra de nadie', 'Llaves' y 'Divagaciones de un vago en vacaciones' despiertan el interés del público y arrancan aplausos. Este joven poeta, que es también músico, cantante y actor, y que se considera «un niño del siglo XXI», puede sentirse satisfecho.
Pepe Ramos (Madrid, 1971), que ha publicado poemarios como 'Samsara' y 'La Copa Rota', empieza su intervención con esta frase: «Como ya sabréis algunos, el mundo no es un lugar perfecto». El autor asegura que «escribo poesía, pero no tengo mérito alguno. Es un hábito involuntario. El acto de escribir en sí mismo no tiene nada que ver con el arte. El público aplaude una y otra vez. Los de 'La Quinta del Setenta y Pico' han triunfado y, el castellano, también.