Rubalcaba explica en el Ministerio el alcance de la redada. :: REUTERS
ESPAÑA

«Los peores meses de la banda»

El ministro advierte a la izquierda 'abertzale' de que «se acabó la ambigüedad» y que sólo vale decidir entre «votos o bombas»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Alfredo Pérez Rubalcaba no podía ocultar ayer su felicidad tras la captura de Ibon Gogeaskoetxea, el último capítulo, por el momento, de una racha de éxitos policiales en la lucha antiterrorista sin parangón. El ministro fue tajante. «ETA lleva los dos peores meses de su historia», afirmó, antes de garantizar que el acoso a los activistas de la banda va a continuar porque «se muevan por donde se muevan, van a tener a la policía siempre encima».

El titular de Interior aprovechó su comparecencia tras la captura del número uno de ETA para hacer balance de los golpes policiales desde que comenzó el año. En apenas 60 días, explicó, se han contabilizado 32 detenciones, un terrorista capturado cada dos días, y la banda ha perdido cerca de 2.000 kilos de explosivos y material para fabricar bombas, además de su «base logística» en Portugal y la que pretendía establecer en Cataluña.

Rubalcaba insistió en que en 2010 todos los cuerpos de seguridad españoles han golpeado a ETA: la Guardia Civil (con la detención del 'dinamizador' Ibai Beobide y la desarticulación de los dos comandos que pretendía montar en el País Vasco), la Policía Nacional (con el arresto en Portbou del etarra Faustino Marcos cuando viajaba a Cataluña en busca de Infraestructura), los Mossos d'Esquadra (que interceptaron a dos de los colaboradores de Beobide cuando trataban de huir a Francia) y la Ertzaintza (con la desarticulación de un comando en enero, el primero en seis años).

El ministro, además, recordó la captura a manos de las fuerzas de seguridad lusas de los dos activistas que pretendían hacer llegar a la base portuguesa una furgoneta llena de explosivos y la operación de ayer de la Policía francesa. Golpes de diferente signo y naturaleza y en tres países diferentes que, en su opinión, «demuestran que la coordinación entre cuerpos funciona» y que «ETA, se mueva por donde se mueva, siempre va a tener detrás a una policía». «Y así va a ser todos los días hasta que esto acabe definitivamente», vaticinó con firmeza.

El máximo responsable de la lucha antiterrorista, en un discurso muy medido como acostumbra tras los éxitos policiales de calado, hizo hincapié en que las detenciones de la Baja Normandía son un duro golpe a la dirección de la organización, pero también quiso subrayar que las fuerzas de seguridad no distinguen entre jefes y subordinados y que cualquier activista es objetivo de Interior.

«No sólo se trabaja para detener a los jefes de ETA. Detenemos al que está en la cúpula y también al que está en la base, al que comete atentados y a quien los justifica, al aparato político y al militar, detenemos a quien roba los explosivos y a quien falsifica documentos, detenemos a 'liberados' y a 'legales', detenemos al que está en el equipo y al que se está preparando para entrar a jugar».

Sin «bajar la guardia»

A pesar de la patente alegría, Pérez Rubalcaba llamó, una vez más, a seguir en alerta porque «ETA está en lo que está, que es atentar gravemente», y si no lo ha hecho ya es porque la «eficacia de las fuerzas de seguridad» lo ha evitado, señaló el ministro, quien recordó que la banda en la casa de Óbidos tenía ya lista para estallar una bomba de 300 kilos de explosivos. En esa línea, abundó en que dos de los detenidos ayer iban a entrar a España en breve con «las peores intenciones». «No podemos bajar la guardia y decirles a los españoles que estamos libres de un atentado», alertó.

Ante este panorama de constatación de que ETA sigue con la intención de matar y que en ese mundo «los que mandan son los de las pistolas», el ministro lanzó un serio aviso a la izquierda 'abertzale', a la que advirtió que «habla de algo (el abandono de la violencia por parte de la banda) que no pasa». «Hay que decirle una vez más a este sector de la izquierda 'abertzale', que produce documentos y hace ruedas de prensa, que la disyuntiva en democracia es clarísima: o votos o bombas. O convencen a ETA de que deje de atentar o rompen definitivamente con ETA», afirmó antes de sentenciar: «la ambigüedad se ha acabado».