Cinco líderes entre rejas en menos de dos años
MADRID. Actualizado: GuardarIbon Gogeaskoetxea apenas ha logrado estar diez meses al frente de ETA. Sin embargo, ese corto lapso de tiempo es un récord de permanencia en la cúpula de una banda que ha visto cómo sus últimos cinco máximos responsables han caído en manos de las fuerzas de seguridad en sólo dos años.
El primer gran golpe a la jefatura de ETA tras la tregua a la que los terroristas pusieron punto y final con el atentado de la T-4 en diciembre de 2006 tardó en llegar. Los servicios de Información, en pleno alto el fuego, no lograron avanzar en las investigaciones sobre las revueltas aguas de la jefatura de la organización hasta finales de 2007. No fue hasta medio año después, el 21 de mayo de 2008, cuando la Guardia Civil y la Gendarmería capturaron en Burdeos a Javier López Peña, 'Thierry', y a tres de sus lugartenientes. 'Thierry', al que entonces se consideraba jefe del aparato político, se desveló como el verdadero cabecilla militar de la banda y el gran valedor de la apuesta de no dejar las armas.
La captura de López Peña abrió la veda. Las fuerzas de seguridad no tardaron ni medio año en pillar a Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', el 17 de noviembre de 2008, en la estación de invierno de Cauterets. El omnipresente y mediático jefe de los comandos había ascendido al número uno de la banda tras la captura del 'político' López Peña pero apenas tuvo tiempo para saborear su mandato. El 'Indio' se había convertido en una obsesión para el Ministerio del Interior, que quería terminar con la leyenda de invulnerabilidad que 'Txeroki' comenzaba a labrarse entre sus acólitos.
Con el mito del 'Indio' entre rejas, el Ministerio del Interior se puso de inmediato a trabajar para localizar a su sucesor, Aitzol Iriondo, 'Gurbitz', del que temía que se convirtiese en un nuevo icono para los terroristas. Pero no hubo tiempo. 'Gurbitz el Breve', como gustan llamarle los mandos de los servicios de Información, fue capturado el 8 de diciembre en la localidad de Gerde. No había estado ni tres semanas al mando de los comandos de ETA y desde luego no se iba a convertir en un icono para ETA: durante su captura se orinó en los pantalones.
Tampoco fue mucho más dilatada la carrera directiva del sucesor de 'Gurbitz'. Jurdan Martitegi, el temido jefe del 'comando Vizcaya' que sembró el terror en 2007 y 2008, cayó en la localidad gala de Montauriol el 18 abril de 2009. Sólo llevaba cuatro meses al mando cuando fue capturado.