Un punto más de sufrimiento que la pasada temporada

En el fútbol no siempre las sensaciones se corresponden con la realidad. A cualquier aficionado que le pregunten dirá que el Barça no es el mismo de la pasada temporada, que juega peor, que los rivales le han tomado la medida, que le cuesta imponer su mayor calidad. Pero los números reflejan que el equipo azulgrana es líder con un punto más que en la misma jornada 24 de la Liga 2008-09.

Más que nunca en su historia. El problema es que el Madrid lleva seis puntos más y es un rival de verdad para la conquista del título, no como el año pasado, cuando la amenaza fue más mediática que otra cosa. También hay otra diferencia que ayuda a esa sensación de debilidad del líder: el Barça ha marcado 12 goles menos (59 ahora por los 71 de entonces), aunque también ha encajado seis tantos menos (14 por 20). La diferencia es de +45 por los +51 de la pasada campaña. Tampoco es un drama.

No es este un deporte que dependa tanto de las estadísticas como otros, aunque hay entrenadores que se agarran a ellas sin contemplaciones para justificar cualquier cosa, pero Guardiola recordó el dato tras la sufrida victoria sobre el Málaga de forma tan discreta como oportuna, como avisando que su equipo está muy vivo. Y ciertamente, pese al apurado 2-1 del sábado en el Camp Nou, el Barça celebró que ha recuperado la chispa.

«Hemos hecho uno de los mejores partidos en casa, nos hemos reencontrado con nosotros mismos», explicó Guardiola. «Este nivel sí que me da confianza para el futuro», añadió. El técnico no ocultó que «los tres últimos partidos no habían sido buenos y tres indicios ya eran una prueba», y que por eso buscó «cambiar algunas cosas».

La reubicación de Messi como media punta en una especie de 4-2-4 y la titularidad de Pedro fueron algunas de las modificaciones. Los dos golearon y el canario se llevó unas alabanzas de Guardiola que parecieron la sentencia para el apático Henry, su rival en la plaza libre del ataque: «A Pedro le felicito porque lleva un año inmaculado. Se merece más minutos de los que su entrenador le ha dado desde Abu Dabi. Ha jugado poco. Pero si continua así, no tendré más remedio que seguir utilizándolo».