Que llueva, pero...
Actualizado: GuardarEs imposible que llueva a gusto de todos. Pero es importante que no olvidemos la última e importante sequía que los andaluces padecimos entre 1992 y 1995, el mismo tiempo que ahora nos hemos garantizado con la que ha caído. Y es que en Andalucía es frecuente que se alternen de forma irregular los periodos de sequía con los de lluvias torrenciales.
Son innumerables los casos que recoge la tradición en lo que tras celebrar una solemne procesión y después de una pertinaz sequía, el cielo obsequió a los devotos con abundantes y fructíferas lluvias que lograron frenar la amenaza del hambre. En la actualidad, aunque con menor frecuencia, se siguen realizando estas procesiones, e incluso existen diferentes advocaciones a las que se dirigen los hombres del campo cuando necesitan variar las predicciones metereológicas, como son la Virgen del Sol y el Cristo de las Aguas.
Sin embargo existe una costumbre para lograr que no llueva en un día determinado. Se trata de Arogativas menores, con las que se busca la complicidad del cielo para evitar pequeñas tragedias. Por ejemplo, a nadie le gustaría que un impertinente chubasco le aguara el día de su boda. Para ello suelen acudir al convento de Santa Clara de Sevilla (así lo hizo la Duquesa de Alba cuando la boda de su hija) para entregar, como donativo una docena de huevos, en lo que se anota el día señalado. De esta formas las monjas del convento rezan para que el sol brille en la fecha de la boda y para que la pareja inicie la vida matrimonial con toda la felicidad y la bendición del cielo.