¿Quieres ser como Cristiano?
Jerez Actualizado: GuardarMe llama poderosamente la atención la campaña de Ronaldomanía que algunos medios de comunicación están haciendo desde un tiempo a esta parte. Que me llame la atención no quiere decir que no la entienda ni que sepa perfectamente los motivos por lo que vemos una vez sí y otra también al futbolista portugués luciendo juego, botas o cuerpo a partes iguales. Da igual lo que haga. Siempre estará perfecto. Si mete un gol de churro será el churro más exquisito del mundo; si le pega un manotazo a un rival es porque tiene tantas ganas de deleitar a los aficionados que se ofusca con aquellos que le agarran y le impiden brindar espectáculo; y si le pillan por la noche de juerga es que no debe oprimirse presa de su juventud.
Si defienden conductas inapropiadas, al nivel al que pueden elevar su figura cuando destaca en el terreno de juego o cuando tiene detalles con paisanos suyos que están en serios apuros por causas del temporal. La cuestión es vender al nuevo 'Dios' del deporte, el chico de oro que no sólo tiene que hartarse de ganar millones para él y su familia, sino que tiene que repartirlos entre aquellos que invirtieron en él y los que se arrodillan servilmente a los servicios del dueño de la casa blanca -y no es Obama-.
Ante el tremendo auge del Barcelona y la figura de Leo Messi existía la necesidad de encontrar o crear un nuevo héroe en el que despositar las esperanzas de unnutrido grupo de la sociedad. Hasta ahí todo correcto. El problema surge cuando la persona 'seleccionada' en este particular casting de la fama no reúne los requisitos adecuados para ser un referente social y no se miden los posibles perjuicios que ello puede conllevar en las personas más influenciables, los niños, que se miran en el espejo de sus ídolos deportivos con la misma facilidad con la que rechazan la educación de un padre o un profesor. Y ya se sabe...de tal Cristiano, tal...