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Del antiguo pelotazo del ladrillo al abismo de la Tercera División

MURCIA. Actualizado: Guardar
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El futuro no es sólo incierto para los trabajadores de la construcción. También lo es para los equipos murcianos de Segunda B y los jugadores y técnicos que militan en ellos. Si nada asegura que fontaneros, electricistas, mecánicos, costureros, periodistas o mensajeros, entre otros, puedan seguir pagando sus hipotecas a medio plazo, tampoco nadie se lo asegura a los futbolistas que juegan de forma profesional en los equipos de Segunda B, por lo menos en los seis de la Región que militan en el grupo IV.

Cuando la temporada 2009-2010 ha sobrepasado su ecuador, muchos son los equipos en los que se habla más de la continuidad futura o el impago de nóminas que de fútbol. La crisis en general, y la de la construcción en particular, ha espantado a los empresarios que buscaban en el fútbol un pelotazo urbanístico o publicidad y ha dejado a los ayuntamientos, y a algunos bolsillos privados, como únicos sustentadores. Basta con decir que hace tres temporadas, en pleno apogeo del ladrillo, el Mazarrón subió a Segunda B con un presupuesto final de 1.100.000 euros y con jugadores con fichas cercanas a los 6.000 euros mensuales. En ésta, el Moratalla sobrevive en la categoría con un presupuesto cercano a 400.000 euros .

El caso del Moratalla parece, a priori, el único sostenible, puesto que cuenta con una plantilla modesta y con fichas mensuales que oscilan desde los 400 a los 1.500 euros. La llegada de empresarios como el Camping de La Puerta o Euromarina permite sobrevivir a un club de una población de 5.000 habitantes de la que 400 son socios. Con una aportación municipal de 50.000 euros, parecería un milagro que el club del noroeste pudiera mantener el mismo equilibrio más temporadas.

Sangonera y Atco. Ciudad

La pregunta es hasta cuándo soportará su cantera de mármol y granito tan importante desembolso. El auténtico problema del Sangonera, sin embargo, es convivir en su municipio con clubes como Real Murcia, ElPozo, CB Murcia, UCAM etc. Sangonera y su actividad económica, por sí misma, no puede soportar el peso de un equipo que podría aspirar deportivamente al ascenso y desde hace catorce años cuenta con un grupo de empresarios encabezados por los Hermanos Chelines, Hermanos Gregorio o Salvador Espín, entre otros.