PAN Y CIRCO

Espejismo

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Eso es lo que en las películas que transcurren en el desierto ve alguno cuando está como loco por beberse un charco. Aunque no hay que irse muy lejos ni al Sáhara ni ná, porque en Cádiz vivimos de los espejismos, de ver cosas que no son, o no son lo que nos dicen que son. Como un espejismo pudiera ser los que vieron al Cádiz en Numancia y Salamanca, y nos volvieron contando el cambio tan grande que se había producido. Espejismo contagioso, sobre todo a personas como yo apuntadas sin querer al vagón de la montaña rusa de las emociones y un día lo veo todo blanco y al día siguiente todo negro.

Por eso espero que lo que presencié el domingo sólo sea eso, un espejismo. Pudiera ser que después de muchos años viendo el fútbol desde tribuna, al volver a la grada donde comenzó mi pasión por estos colores, que es el fondo sur, cambia totalmente la perspectiva, vamos que lo ves todo de otra manera. Como dije, espero que sólo sea eso, un espejismo, porque lo que yo vi fue a un equipo de Segunda División y a otro de Segunda B. Yo creo que el árbitro se dio cuenta de la diferencia, y se portó como para invitarlo a comer, porque si deja al Levante con once, el resultado hubiera sido histórico. Jugaban como les daba la gana, nos dieron un baño en toda regla, parecían que eran todos internacionales, había uno que corría la banda de tribuna atacando hacia fondo sur, que ni entre tres lo podían parar. Con diez nos enseñaron cómo se juega al contra golpe, y con la rapidez que hay que mover la pelota en el centro del campo. Y ya con nueve, nos humillaron, eran más peligrosos que nosotros, cada jugada que hacían desmantelaban por completo a un Cádiz, muy mal. Que con dos más se puso allí a pararse la pelotita en el borde del área, pero sin peligro, sólo con decir que el más incisivo fue Mansilla, está todo dicho. Por Dios, ojalá sea un espejismo.