El buzo isleño 'Fofi' mantiene su lucha contra la administración autonómica después de 25 años
«La Junta de Andalucía cometió irregularidades con mi expediente», denuncia Adolfo Lería Bosh, que atesoraba en un almacén una colección de casi un millar de piezas arqueológicas que le fueron requeridas tras un registro
El 24 de septiembre de 1991, hace ahora 25 años, la Guardia Civil irrumpía en una de las casas de la carretera de Fadricas para realizar un registro autorizado por el Juzgado de Primera Instancia de San Fernando. «Inspeccionaron la vivienda pero no encontraron nada porque mi colección estaba en un almacén cercano . Al anochecer, quisieron hacer un segundo registro en la nave pero yo no estaba y un familiar fue quien negó la autorización a los agentes para entrar. Entonces, amenazaron con echar abajo la puerta y terminaron por llevarse 913 piezas de mi propiedad por encima de la valla. Fue todo anticonstitucional e irregular», considera Fofi.
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Aquel 24 de septiembre arrancaba la contienda legal que le ha conducido por infinidad de despachos, abogados y juzgados en un enrevesado proceso que el buzo isleño se niega a dar por concluido porque se muestra convencido de que existe todo un entramado político y judicial que maniobra para que no se escuche su voz. Bosh Lería suma 70 años y, pese a su salud quebrantada (tiene reconocida una invalidez del 45 por ciento) sigue batallando.
El Golfo de Cádiz alberga más de 3.000 pecios hundidos. Entre ellos, el de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804. Odissey expolió en 2007 toneladas de monedas de oro y plata del pecio sumergido pero, después de un largo litigio judicial, los tribunales dieron la razón al Gobierno español que reclamaba la titularidad y condenaron a la empresa americana.
La legislación de cada país respecto al patrimonio es muy diferente. En EE.UU. (de donde es la empresa Odissey) los restos arqueológicos no son propiedad de nadie. Son de quién se los encuentra. La legislación española es, por el contrario, mucho más restrictiva ya que establece que todo el material arqueológico que se extrae, pertenece al Patrimonio Español. Odissey tuvo que pagar más de un millón de dólares como multa por su actuación deshonesta y mala práctica.
El expediente de Adolfo Bosh contiene tantas tramas, escenarios, héroes, villanos y tesoros que bien podría tratarse de una novela. Su relato, pese al paso de los años, continúa escribiéndose porque Fofi se rebela contra el archivo de su causa. «Quiero justicia, que me devuelvan mi colección y mi vida», reivindica.