
Aznar lamenta que Europa no sea una prioridad para Obama
Opina que los mensajes que envía la Casa Blanca a Oriente Medio son "complicados de entender para los tradicionales aliados de Estados Unidos"
WASHINGTON Actualizado: GuardarEl ex presidente del Gobierno José María Aznar ha lamentado que Europa no sea "una prioridad" para el Gobierno estadounidense de Barack Obama, aunque se mantiene esperanzado de que su política cambie. Aznar ha analizado las relaciones entre Europa y Estados Unidos en una conferencia en la Universidad de Johns Hopkins de Washington, en calidad de presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales FAES.
"La percepción en Europa es que Obama no está interesado en Europa para nada. Lo puedes leer en los periódicos de Londres, donde se percibe que la especial relación es algo del pasado", ha asegurado durante la conferencia. Ese cambio en la diplomacia estadounidense contradice, según Aznar, las grandes expectativas de los europeos sobre la administración de Obama, a quien un 80% habrían votado si hubieran podido, ha asegurado.
"Sin embargo, lo que hemos visto en su mandato es una especial atención a la mayor parte de los otros país, al contrario de a sus aliados occidentales", ha argumentado. Tras la conferencia, ha precisado su opinión sobre la Administración Obama y ha afirmado que le desea "muchos éxitos", aunque ha indicado que algunas de sus políticas "están induciendo a la confusión". "Los europeos sienten que efectivamente Europa no es una prioridad para esta Administración y Latinoamérica no ve una definición política por su parte", ha explicado.
Un mundo sin polarización sería un "error"
Además, ha opinado que los mensajes que envía a Oriente Medio son "algo complicados de entender para los tradicionales aliados de Estados Unidos", en alusión a Israel. Aún así, ha advertido de que hay que esperar al desarrollo de su mandato para ver si acaba con estas políticas o si cambia como otras administraciones lo han hecho en el pasado.
Aznar ha señalado la necesidad de defender un orden mundial en el que las relaciones internacionales sigan teniendo como líder a Estados Unidos y haya una Europa "más fuerte" frente a la amenaza a los valores occidentales. Ha considerado así "un error" las voces que defienden un mundo "sin polarización" que significaría, en su opinión, abrir "sin control" la puerta a que otras potencias como Rusia o Irán ganen influencia en regiones como Europa del Este, en el primer caso, o Oriente Medio.