PROVINCIA
«El terror no tiene religión»
La comunidad musulmana de la provincia de Cádiz se suma a la condena mundial por los atentados de París
«Estamos indignados, matan en nombre de Alá pero ni siquiera lo conocen, ni quieren hacerlo», dice Ibrahim Elilo, el imán de la mezquita de Jerez
Isselmou Tales Ely es «gaditano puro». Lo siente así desde hace años. Desde que llegó de Mauritania a Puerto Real en abril del 83 para trabajar como delegado de una consignataria de barcos de pesca. No hay más que escuchar el acento andaluz del que presume. «Ahora esta es mi casa, no la puedo distinguir de la otra». Ibrahim Elilo es de Jerez. Hace ocho años vino «directamente de Marruecos» para ser el nuevo imán de su mezquita. Desde entonces dice que solo ha encontrado «buena gente» y que aquí vive «tranquilo... en libertad religiosa con todos».
Es viernes, día sagrado para los musulmanes y se celebra el rezo colectivo de la Yumu’ah en la que participarán ambos. Saben que no es cualquier viernes. Se cumple una semana de uno de los episodios más negros de la historia reciente de Europa: los atentados de París . De nuevo, terroristas escondidos bajo el nombre de ‘Alá es grande’ han vuelto a señalar al colectivo musulmán de forma violenta, obligada y tiñiéndolo todo de sangre. «Lo que pasó en París no tuvo nada que ver con el Islam», Ibrahim se muestra tajante. No cede ante la duda. Mohamed, un joven marroquí que reside en El Puerto nos ayuda como traductor cuando el imán prefiere explicarse mejor en árabe y asiente convencido ante sus palabras.
Tras los asesinatos en Francia, miles de musulmanes de todo el mundo han condenado la masacre . En las mezquitas y centros culturales donde se han reunido. Y también, muchos de ellos, por redes sociales. Unidos han alzado la voz para que todos comprendan que este terror no se firma en su nombre (#notinmyname) y que lo que estaban viendo por la tele nada tiene que ver con lo que ellos aprenden del Corán, #terrorismHasNoReligion (el terrorismo no tiene religión). El imán lo recuerda con una cita de su libro sagrado: «Quien mata a un inocente mata a toda la humanidad».
Un musulmán reza en una mezquita.- EFE Bajo un cuadro donde se representa las ciudades de Medina, La Meca y Jerusalén, Ibrahim Elilo tiene claro su destino por el que no piensa pagar cualquier peaje. Solo el que esté escrito en el Corán: «Quien salva una vida es como si salvase a toda la humanidad». No quien acaba con ella. «No tienen nada del Islam, su cerebro está vacío».
Para el imán, los terroristas se aprovechan de los jóvenes de entre 17 y 30 años y les comen la cabeza. Sólo hay que echar un vistazo a la biografía de los asesinos de París para comprobarlo. Abdelhamid Abaaoud, muerto tras la redada en Saint-Denis y considerado el cabecilla de la masacre, tenía 28 años. Sus amigos, los hermanos Brahim y Salah Abdeslam, 31 y 26. Y la prima de Abaaoud, Hasna Aitboulahcen, no había cumplido los treinta. Todos ellos, «abducidos» por una «causa criminal». «Les limpian sus pensamientos y los utilizan para otra cosa. Los atrapan por redes sociales y la mayoría de las veces ni siquiera son practicantes».
Para Ibrahim el dinero y la política podrían explicar lo inexplicable. «Se maneja el Islam como algo que juega un papel fundamental en los intereses de las potencias. Primero, por el petróleo, y segundo por el poder en Oriente Medio. ¿De dónde sacan el dinero los terroristas para hacer todo esto?», se pregunta. «Daesh es capaz de captar a gente de todo el mundo por el poder, y hacen daño a los que no tiene nada que ver». Y al final, tener odio que engendre más odio. «Los que ven allí que se asesinan con bombardeos a inocentes también se suman a ellos».
Entonces, recordamos. Tras el asalto a ‘Charlie Hebdo’ se produjeron unas pintadas racistas en la antigua sede de la Liga Morisca de Jerez. «Estaba esperando que pasara otra vez», Elilo no se anda con rodeos. «Pero gracias a Dios no ha ocurrido. Quiero a España. Me gusta. Me da fuerza para hablar de todo».
«Sé que los españoles saben distinguir a los criminales del resto de nuestro pueblo»Esa pintada y las respuestas racistas a toda la comunidad islámica son «fruto del desconocimiento». Pero aquello fue una excepción. Isselmou asegura que la crueldad terrorista afortunadamente no le ha perjudicado. Ni tras el 11-M, ni tras el viernes negro de París ni tras el atentado de Bamako, la gente ha cambiado con ellos. «Mi tranquilidad se basa en la madurez del pueblo español hacia la convivencia que nos ha enseñado a nosotros. Saben diferenciar perfectamente entre criminales y el resto de mi pueblo».
Nos marchamos. El imán está a pocas horas de dirigirse a unos 200 musulmanes en su mezquita por el rezo del viernes.
- ¿De qué les hablará?, le preguntamos.
- Del amor de Alá a la humanidad y del rechazo absoluto al terrorismo y a todo lo que tenga que ver con Daesh. Mandaremos nuestro pésame al pueblo francés. Tenemos que estar unidos. Así, juntos, se logra la paz.
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