PROVINCIA
«Siempre les decimos que se pongan en el lugar de las víctimas»
Agentes de la Policía Nacional dan charlas por los colegios e institutos de la provincia de Cádiz para concienciar a los menores de los peligros del acoso escolar
Diego, Alan, Carla, Jokin... son algunos de los nombres que han sacudido la conciencia social. Fueron las víctimas de una situación que no se corrigió a tiempo y que acabó como nunca tuvo que acabar. El acoso escolar es una realidad, que en mayor o menor medida, puede truncar la vida de un niño y la de toda su familia. Su prevención es vital. Coger el problema a tiempo, tratarlo y atajarlo siempre ha sido la mejor solución. Y para conseguirlo, es crucial conocerlo. Por eso, recientemente, agentes del Servicio de Atención a Familia (SAF) y de Participación Ciudadana de Cádiz han acudido a Madrid a unas jornadas sobre los riesgos actuales a los que se enfrentan los menores.
En este encuentro no sólo hablaron de acoso. Allí, expertos de todas las disciplinas –fuerzas de seguridad, judicatura, fiscalía, medicina, tecnología...– trataron problemáticas como el consumo del alcohol y las drogas, la violencia de género, o, el fracaso y el abandono escolar, entre otros asuntos.
Detectarlo a tiempo
Los agentes Norberto González y José María Reyes saben bien a lo que se pueden enfrentar los menores. Dentro del Plan Director, el programa de Policía Nacional que desde 2007 se puso en marcha para mejorar la convivencia y la seguridad en todos los centros educativos de España, visitan las diferentes aulas de la provincia y hablan cara a cara con niños y padres para prevenir, detectar problemas si los hubiera y aportar su experiencia. «Damos las vías de solución, les explicamos qué tienen que hacer porque muchas veces no saben cómo afrontarlo».
Hace no muchos días les llamaron de un colegio de Cádiz. Al parecer los profesores habían detectado como una menor llevaba un tiempo sufriendo insultos y burlas por parte de otros compañeros. No era especialmente grave, pero pocas veces lo es al principio. El director citó a los padres afectados y también a los agentes. «Se trató de una reunión preventiva », cuenta uno de ellos. «Siempre se intenta poner freno antes de que el asunto se agrave y pase a un tema judicial».
En 2014 dieron cientos de charlas por todos los centros gaditanos donde tocaron todas las problemáticas. «En cuestión de acoso, siempre les decimos que se pongan en el lugar de la víctima, que empaticen y sean consecuentes del daño que pueden causar ». Y para que sean más conscientes les cuentan situaciones reales. «¿Cómo os sentiríais?», les preguntan sin tapujos. Además, también les hablan de qué les podría pasar si acosan a un compañero. «Sí, claro, les contamos las consecuencias legales que tienen esos malos comportamientos».
En este sentido, la Ley de Protección de Datos también es aplicable a menores de 14 a 17 años que utilicen internet y las redes sociales para acosar o dañar a un compañero de clase. Si el caso es grave se les puede castigar con distintas medidas que van desde el internamiento en un centro de reforma o el arresto domiciliario los fines de semana, hasta trabajos en beneficio de la comunidad. Aunque los menores de 14 años sean inimputables, tienen responsabilidad civil y pueden ser penalizados con una multa que tienen que pagar sus padres o tutores.
Este comportamiento delictivo en las aulas no sólo afecta a los niños (acosador y víctima) sino también a padres y educadores. Todos ellos son una pieza fundamental para poner freno a tiempo. Por ello, la Policía organiza con frecuencia encuentros con padres para explicarles todas estas directrices. «Asisten pocos», lamenta el agente Norberto González, «deberían de venir más porque son los que tienen la obligación de controlarlos y educarlos y en las charlas se les dan las pautas necesarias».
No todo es 'bullying'
Aunque se parte siempre de una premisa: no todo es acoso o ‘bullying’. « Hay que saber distinguir entre lo que podría ser una situación normal, de conflicto entre niños y lo que es realmente un acoso», advierte José María Reyes.
Sobre este asunto, para los expertos es importante también que los propios profesores sepan exactamente a lo que se enfrentan y lo puedan reconocer. A la espera de que el Ministerio de Educación remate el Plan Estratégico de Convivencia Escolar, que pretende luchar contra el ‘bullying’ y ‘ciberbullying’, son ya muchos los docentes que se están formando en la prevención de esta conducta y otros muchos que ven prioritario un apoyo institucional al respecto.
«A veces nos sentimos perdidos con este tema», explica una profesora de un colegio gaditano. Sí, tenemos unos protocolos de actuación que nos da la Junta pero creo que se pierde en las generalidades y cuando tienes algún problema de estos en clase no sabes muy bien qué tienes que hacer porque tampoco estás seguro de que sea una ‘cosa de niños’ o algo más serio. Está bien que programas como los de la Policía nos dé esas pautas pero cuanto más apoyo tengamos, mejor será para todos».
«Les contamos situaciones reales para que vean el daño que pueden causar y sus consecuencia legales»
Los profesores también creen esencial la educación que los niños reciben de sus padres . «Hay veces que el abusón, el que castiga a otro, arrastra problemas de desatención en su casa pero también en otras ocasiones simplemente es que es así porque su conducta no es la correcta, no le han enseñado a comportarse, a sentir empatía por los demás, a respetar. Con estos últimos quizá es más difícil trabajar pero cada uno de ellos es un mundo y necesita una atención que, en la mayoría de los casos, con clases llenas de niños y un horario saturado no podemos atender».
Las redes, un agravante
En el Servicio de Atención Ciudadana de Policía, al igual que otros expertos en la materia, también advierten de los riesgos que tiene el uso de internet y las redes sociales si se utilizan con el fin de hacer daño. «Gran parte de este tipo de acoso se está produciendo a través de estos canales». Los patrones han podido cambiar pero el daño es el mismo. O peor. El ‘ciberbullying’ prolonga el problema . Antes se quedaba en el aula o en el recreo. Ahora sigue al adolescente allá donde va. A su casa, encerrado en su dormitorio, o si sale a jugar con sus amigos. Allá donde tenga un punto de conexión puede encontrar la burla o la amenaza.
Así lo corroboran desde la Asociación ANAR, donde en 2015, un 7% de las llamadas que recibieron se debieron a temas de acoso escolar. «Antes ocurría sólo en el colegio, ahora es más difícil que el niño se escape» . En esta asociación llevan años luchando contra esta problemática y confirman que el acceso de los menores a los móviles y las plataformas digitales ha agravado la situación. «No basta con darles las herramientas para que se comuniquen, hay que enseñarles a utilizarlas», explican los agentes que recorren la provincia y están en permanente contacto con ellos.
Desde la Fundación ANAR alertan que con las redes y los móviles es más difícil que el niño pueda escapar
También en esta línea se manifestaba esta semana la directora de la Agencia Española de Protección de Datos, Mar España, quien alertaba de la urgencia de enseñar a los ocho millones de menores en edad escolar que, sin saberlo, pueden ser partícipes de delitos a través de internet y plataformas de mensajería móvil y, que éstos tienen consecuencias psicológicas, escolares, sociales y penales.
Además alertaba del hecho de que aunque los niños sean «nativos digitales», también en muchos casos son «huérfanos digitales» , ya que sus padres y profesores no tienen el mismo conocimiento de esos medios tecnológicos.
Los agentes González y Reyes lo tienen claro:«Tienen medios para enviar pero no conocen los límites. Muchos de los acosos con los que nos hemos encontrado empezaron con un whatsapp».