ASESINATO EN BRASIL
La muerte de Esperanza ha sido «un acto criminal»
Libertad provisional para el policía que asestó el tiro a la empresaria portuense en Brasil
La trágica muerte de la conocida empresaria portuense Esperanza Jiménez Ruiz en el barrio de Rocinha en Brasil está llena de interrogantes que tendrán que ir resolviéndose según avance las pesquisas. De momento, este martes se ordenaba la detención de dos los policías implicados en el tiroteo que acabó con la vida de la gaditana. Uno de ellos, el teniente Davi dos Santos Ribeiro era trasladado a prisión a la espera acusado de «homicidio calificado», según fuentes oficiales, aunque finalmente el juez decretaba su libertad provisional. Este agente está imputado por disparar contra el vehículo en el que viajaba Esperanza, que fue herida mortalmente en el cuello mientras visitaba la favela en compañía de su hermano José Luis y su cuñada Margarita. Ambos resultaron ilesos.
Como se recordará, la víctima, de 67 años y natural de El Puerto, iba en el coche tiroteado y acababan de realizar una visita a la comunidad cuando en torno a las diez y media de la mañana hora local sucedieron los hechos.
La versión inicial de la Policía Militar apuntó a que el Fiat Freemont de la compañía turística en el que viajaban se saltó un control policial y no respetó la orden de parar, pero el conductor y todos los ocupantes del vehículo han coincidido en declarar que no les hicieron ninguna señal para que se detuvieran. Según fuentes cercanas a la familia, Esperanza abandonaba ya la favela tras haberla visitado.
Duelo en El Puerto por una mujer «trabajadora, alegre y de mundo»
Conmocionados por la trágica muerte de la empresaria Esperanza Jiménez a tiros de la Policía de Brasil, El Puerto amanecía teñido de luto. Antes del Pleno, toda la Corporación municipal guardaba un respetuoso minuto de silencio en memoria de esta portuense tan querida en la ciudad. Además, las banderas del Ayuntamiento ondearon a media asta ya que se decretó un día de luto oficial.
La noticia caía como una bomba en la localidad ya que Esperanza era una persona muy conocida por todos al regentar con su hermano una inmobiliaria en la ciudad. Viuda desde los 90 del psiquiátra Benito Gago (hermano del exalcalde Fernando Gago) deja dos hijas. «Era muy simpática, sociable, alegre, una viajera incansable...», decía de ella una de sus amigas. «Era una ciudadana del mundo que siempre estaba dispuesta a coger la maleta para comenzar una nueva aventura».