Heroísmos después de la vida
Antonio Gordillo, coordinador de trasplantes en Cádiz, insiste en la seguridad de los protocolos y recomienda expresar a la familia el deseo de hacerse donante de órganos
A menudo se emplea el poema de Miguel Hernández ‘Para el muro de un hospital de sangre’ para hacer metáforas de las donaciones. En especial, cuando al evocar su pronta muerte dice: «Soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida». Una vida que, con las donaciones , surge de la muerte. O incluso de la misma vida porque, como destaca Antonio Gordillo, coordinador de transplantes en la provincia de Cádiz , «cada vez se da más el trasplante entre vivos». La solidaridad de Cádiz, sigue intacta.
Incluso aumenta. Según los últimos datos, el año pasado se produjeron 49 donaciones de órganos en la provincia de Cádiz . «Hay que recordar que Cádiz, aunque está integrada en la red de donaciones de corazón, hígado, riñones, etcétera, sólo realiza transplantes de riñón, de córnea y de médula ósea ». En ese aspecto, Gordillo subraya cómo el pasado año se realizaron 88 trasplantes del riñón en Cádiz , de los que cinco correspondían a pacientes vivos.
Por encima de estos datos, ya de por sí positivos, el doctor destaca cómo está creciendo el índice de aceptación de la donación de órganos en la provincia . «Estamos en cerca de un 80% de aceptación . Lo deseable sería que la cifra fuera de un 100%, pero bueno», analiza. Y esta mayor aceptación es fundamental cuando crece el número de personas que necesitan un órgano «por el envejecimiento de la población; por eso da la sensación de que las listas de espera crecen aunque haya más donaciones».
Gordillo, como el resto de profesionales de la medicina, vuelve sobre un tema que cansa enormemente a los que trabajan en la red de trasplantes: la seguridad de que el paciente al que se le extraen los órganos ha fallecido . «No hay ningún tipo de duda, ni legal ni ética en este aspecto, está más que superado desde hace muchos años –repite Gordillo con la expresión del que ha tenido que decir lo mismo decenas de veces anteriormente–, la extracción se lleva a cabo sólo cuando se ha producido la muerte encefálica ».
Y una vez que se produce el fallecimiento cerebral, llegan las prisas y la activación de protocolos . Unas prisas que, explica el coordinador, no se puede llevar a las familias cuando tienen que decir si dan permiso para que se produzca la donación. «Están pasando por una situación muy delicada, así que, aunque hay una batalla contra el tiempo, se les deja que piensen tranquilos si quieren que se produzca, o no la donación; por lo general, lo suelen tener claro pronto».
Gordillo recomienda, para los que quieran hacerse donantes, que lo hablen con anterioridad con la familia , «para que cuando llegue el momento, sepan cuál era la voluntad del familiar». Como manera de asegurarlo legalmente, recomienda dejarlo establecido en el registro de últimas voluntades que facilita la Junta.