ELECCIONES GENERALES 26-J

«Falta un plan para que el trabajo de astilleros no sea todo buques de guerra»

Noelia Vera. Número 1 de la candidatura Unidos Podemos por Cádiz

ELENA MARTOS

A Noelia Vera (El Puerto de Santa María, 1985) le ha sabido a poco esta legislatura fallida. Admite haber empezado la campaña con la sensación de que interrumpe el trabajo, una línea que dice haber construido con el resto de los compañeros de su grupo que aspiran a cambiar las cosas, aunque se debate se haya diluido entre la confrontación en el hemiciclo y los intentos frustrados para formar gobierno. Con las encuestas de cara, dice afrontar este nuevo periodo de una manera más relajada. Siempre pegada al líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, con quien ha trabajado codo a codo en La Tuerka, se muestra convencida de que lo mejor está por llegar. Y, sobre todo, que este proceso electoral será definitivo.

–En estos seis meses se ha tenido que acostumbrar a responder a preguntas en lugar de hacerlas. ¿Cómo ha vivido la experiencia desde el otro lado?

–Creo que el momento político e histórico que estábamos viviendo necesitaba de una candidatura abierta formada por gente de muy diversa procedencia, de muy diversas sensibilidades políticas y de diversas profesiones. En mi caso soy periodista y he estado acostumbrada a estar al otro lado haciendo las preguntas. Yo he pasado por medios de comunicación públicos como Telemadrid o la Agencia Efe y privados como CNN y el Diario de Cádiz. También he hecho siempre un ejercicio periodístico muy social, recogiendo el impacto de la crisis, intentando sacar esas historias que no cabían en los medios de comunicación tradicionales. He cubierto conflictos de guerra en Colombia y lo que me pasó fue que de tanto contar historias de una injusticia social tan clara quise sumarme a esa posibilidad de querer cambiar las cosas desde dentro y tomar partido. Sentí esa necesidad y aparqué la profesión. Por el momento ha sido una experiencia grata, porque se demuestra que se pueden cambiar las cosas.

–¿Aunque el trabajo no haya servido para nada?

–Sí ha servido. Hemos trabajado duro por dar a conocer los problemas de Cádiz en Madrid y hemos hecho logros. Por poner un ejemplo, abrirle el Congreso a los colectivos de parados de la provincia para que explique su situación. Cuando prometí mi cargo como diputada dije que iba a ser la voz de la gente humilde y trabajadora de la provincia de Cádiz y he trabajado mucho en eso. El cambio ya ha empezado y hay que continuarlo.

Vera, junto a Juan Antonio Delgado, el número 2

–Cuando se anunció que sería la cabeza de lista por Cádiz le reprocharon su juventud y que no haya vivido pegada a la provincia. ¿Cree que ha logrado cambiar esa percepción?

–Creo que sí. Al final el trabajo y los resultados son los que coloca a todo el mundo en su sitio. Nos encontramos con personas que llevan treinta años en la política, pero los resultados en su gestión no han sido lo esperado. Sé que donde algunos ven un problema, como puede ser la juventud, hay otros muchos que ven una virtud. Eso forma parte también de Podemos, que es una fuerza muy joven que ha sabido hacer una lectura de ese 15M, de ese despertar político que tuvo la sociedad. En cuanto a la cercanía con la provincia, lo voy a explicar de una forma que queda muy clara: no hay nada mejor para defender los intereses de tu tierra que el que te duela vivir lejos de ella. No creo que haya mucha gente en la provincia de Cádiz que no sepa lo que es exiliarse económicamente, que no sepa lo que es hacer las maletas e irse donde está el trabajo. Nunca he estado desvinculada de la provincia, pero ahora que tengo esta posibilidad, estoy mucho más cerca.

«No es necesaria una indemnización de 11.000 euros por un mes y medio que no iremos al Congreso»

–Es usted uno de los 26 diputados que ha renunciado a la indemnización tras la disolución de las Cortes, la única en Cádiz. ¿Se arrepiente ahora sabiendo que son tan pocos?

–No me arrepiento. Creo que cada uno entiende la política de una forma, con sus valores y su manera de ver el mundo. Yo he intentado ser coherente con mi forma de entender esta política. No es necesaria una indemnización por transición de 11.000 euros por un mes y medio durante el que no vamos a estar haciendo ejercicio parlamentario, sino que cada uno va a estar en sus territorios haciendo campaña. Al menos bajo mi punto de vista. Yo no tengo aspiraciones de tener una cuenta corriente muy alta. Creo que es un ejercicio de coherencia política personal.

–Tampoco lo ha vendido ni le ha dado publicidad.

–Le repito, es una cuestión de coherencia política personal y ni siquiera tengo por qué venderlo. Me da la satisfacción de dormir tranquila cada noche.

–Sin embargo otros de sus compañeros anuncian de forma periódica a quién donan la parte de su sueldo como el alcalde de Cádiz o la secretaria general de Podemos en Andalucía.

–Eso es otra cosa. Creo que es importante que el debate se abra a la sociedad y que dejemos claro que nosotros no hemos venido a la política con intención de vivir de ella eternamente, ni de alimentar nuestras cuentas corrientes. Es importante comunicarle a los ciudadanos y ciudadanas que esto es un servicio público más y que, con los niveles de desigualdad y pobreza que hay, nosotros también tenemos que apretarnos el cinturón. Nunca hemos dejado de ser personas con los pies en la tierra y no vamos a aislarnos en grandes mansiones ni a usar coches oficiales. Es importante comunicarlo, porque hay un peso político detrás. En el caso de la indemnización, cada uno era libre de hacer lo quisiera.

–Desde que la eligieron candidata la he visto en manifestaciones del comité de Navantia y esta semana con los parados del metal. ¿Cómo defiende una industria y se pide el rechazo a un contrato que garantiza su futuro?

–Creo que ante el ruido, el titular es clarísimo: Podemos y Unidos Podemos va a apoyar siempre la carga de trabajo para los astilleros. Siempre. Sin ninguna excepción. El problema es que hay que tener una visión de futuro y ahora son las cinco corbetas para Arabia Saudí. Y las apoyamos porque suponen carga de trabajo para una provincia en la que se nos ha adjudicado la etiqueta de ser la cabeza del desempleo de toda Europa. No se puede actuar en contra de los intereses de los trabajadores, pero hay que tener un plan para que toda la carga de trabajo de los astilleros no sea hacer buques de guerra. Es necesario un plan estratégico del sector naval que ponga en valor toda la potencialidad que tienen los astilleros. Hay que pasar por muchas medidas que tienen que ver con rejuvenecer las plantillas, con homologar la formación, con inversiones recogidas en los Presupuestos, con colaboraciones con las universidades. Ese tiene que ser el camino y no perdernos entre el ruido que nos han impuesto estas dos semanas. Pero dejándolo claro: Apoyamos la carga de trabajo y el encargo de las cinco corbetas.

–Si ese debate se trasladara más adelante al Congreso ¿elegiría entre lo que favorece a su tierra o lo que pide el partido?

–Los diputados de Cádiz ya hemos apoyado ese contrato y lo hemos defendido. Yo formo parte de la mesa de astilleros junto con otras fuerzas políticas y de ahí, gracias a una propuesta de los comités de empresa, ha salido adelante una PNLque hemos firmado todos los partidos. Se intenta crear un ruido alrededor, pero es sólo porque estamos en campaña.

–Se presenta por la única provincia que tiene dos ayuntamientos del cambio. ¿Cree que eso le da más visibilidad?

–Creo que da visibilidad sobre todo a la gente, porque por primera vez se están poniendo en marcha políticas de cambio, que ponen en el centro de la acción institucional la necesidades y la urgencia de la ciudadanía. Yo admiro profundamente el trabajo que está haciendo el compañero Rori en Puerto Real y el que hace José María González y el equipo de Gobierno en Cádiz. Están activando protocolos antidesahucios y hacen cosas tan importantes como destinar coches oficiales a los servicios sociales o a los comedores, poder reducir la deuda tan grande que nos dejaron, remunicipalizar los servicios para ir recuperándolos poco a poco.

«La polémica alrededor de José María González no es cuestión de lo que hace sino de cómo se quiere leer»

–¿También la polémica por declaraciones del alcalde de Cádiz como las de la Policía Local o la sanidad pública?

–Al final no es una cuestión de qué ha hecho bien o mal José María González y su equipo de Gobierno. Es una cuestión de cómo se quiere leer eso. Creo, desde un punto de vista personal, que se han querido leer desde una forma negativa muchas de las acciones políticas o declaraciones de un compañero. Y es por el revuelo que está causando que, por primera vez, se estén haciendo las cosas de forma diferente. Y está pasando en todos lados, pasa en el Ayuntamiento de Cádiz, pero también en el de Madrid y en el de Barcelona e incluso con la candidatura de Unidos Podemos. Al final nos encontramos con que hay muchos actores de cambio a los que se les está mirando con lupa y están siendo centro de la acción mediática. Eso es importante, pero también lo es ser conscientes de que las lecturas que se dan no son las más adecuadas, porque tienen intereses detrás.

–Dada la relevancia ¿no deberían ser algo más comedido en sus declaraciones?

–Yo no tengo ningún tipo de crítica en ese sentido hacia mi compañero. Creo que se están haciendo las cosas bien y me siento profundamente orgullosa de que por primera vez podamos ir a una manifestación del orgullo con el apoyo institucional. Ese tipo de cosas me hace sentir muy orgullosa.

–Y hablando de polémica. ¿Le han hecho alguna entrevista sin mencionar a Venezuela? ¿Ha estado allí alguna vez?

–No, no conozco el país. He vivido en Colombia y en Argentina, donde estuve como corresponsal de la Agencia Efe. Recurrir siempre al tema de Venezuela es producto del nerviosismo que Unidos Podemos está provocando en el resto de las fuerzas políticas. Es reflejo de ese miedo y esa sensación de que por primera vez hay gente que viene a competir y tiene posibilidades de ganar. Nosotros estamos ya cansados y no sólo nosotros, también la ciudadanía y así nos lo transmite. Creo que se está utilizando como una lanzadera con fines partidista para ocultar los problemas que tenemos aquí, que tenemos los mayores niveles de desigualdad y de paro de toda Europa, que estamos a los niveles de la franja de Gaza. Lamentablemente no hace falta irse muy lejos para hablar de respetar los derechos humanos.

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