A PIE DE OBRA
De Cádiz a Mukran, sin parar y a todo ritmo
Decenas de operarios trabajan en turnos de 24 horas para montar los molinos del parque eólico de Wikinger
![El trabajo en el puerto sigue de noche.](https://s1.abcstatics.com/media/provincia/2017/05/14/v/wikingermontaje-kY0H--620x349@abc.jpg)
Son las cinco y media pasadas en el puerto de Sassnizt, en la península de Mukran. Obreros de varias nacionalidades se mueven de un lado a otro. Es martes pero podría ser igualmente domingo . En este puerto no hay descanso. Los turnos son diarios y en los cuadrantes se fijan las 24 horas. Aquí se encargan de formar los aerogeneradores, de encajar perfectamente las piezas gigantes que les llegan en barco desde otros puntos de España y Alemania.
«Una vez que recibimos los componentes las tenemos en una zona de acopio y las revisamos». Lo cuenta Miguel Lacalle, jefe de construcción de Adwen, empresa que se encarga de este proceso. Así las piezas (torres, palas, rotores...) entran en la cadena de trabajo. Es mecánico. Un paso y después otro. De esta manera se montan las torres no solo por fuera sino también por dentro. Hay que preparar sus circuitos eléctricos, instalar los elevadores... Aquí se hace todo lo que se pueda preparar en puerto antes de trasladar las piezas al agua. «Es más barato y más seguro que hacerlo off-shore», cuenta Lacalle.
También se realiza el mismo proceso con los rotores. El jefe de construcción explica que para poder trabajar con piezas de tales magnitudes tuvieron que hacer una cimentación debajo de cada una de ellas para evitar riesgos y atornillarlas para posteriormente montar las tres palas.
Otro milagro: la carga
La carga de estos elementos en el barco es otro reto. Para conseguirlo se utilizan embarcaciones que tienen cuatro patas que se fijan en el suelo marino clavándose hasta cuatro metros para tener más estabilidad. Además el cuerpo del barco sube gracias a unos sistemas hidraúlicos para ayudar a que la carga sea más sencilla. Primero, las eles, luego las torres y finalmente los rotores.
Una vez trasladado todo al barco, se lleva hasta el parque eólico a 75 kilómetros de la costa. Cada aerogenerador o molino completo pesa 700 toneladas y el trabajo es minucioso.
Las piezas, que viajan de tres en tres completas, tardan en llegar hasta Wikinger unas diez horas. Una vez en el parque los operarios completan la operación del montaje de cada una de las torres en 24 horas . «Todo eso si el tiempo lo permite», matiza Lacalle.
Y es que aunque todo está medido y calculado, el clima es el factor más determinante en esta fase del trabajo. Sobre todo si hay que rematarlo en alta mar. « El invierno ha sido duro . No por frío sino por viento. En el mundo de la eólica nos gusta mucho el viento para producir pero para los que nos dedicamos al montaje es también nuestro peor enemigo».
Noticias relacionadas