RICOS DE PEDIR
Actualizado: GuardarNo iban a ser siempre los pobres los que se conformaran con lo que no tienen. Para romper la monotonía, al mismo tiempo que rompen moldes, los millonarios franceses en euros se han convertido en pedigüeños. Plagiando los corteses modales de los menesterosos suplican que se les impongan más impuestos para combatir la crisis.
Están psicológicamente preparados para dar algo y además para dar buen ejemplo. Lo nunca visto por el largo ojo de Hacienda: los potentados no sólo le abren sus corazones a quienes inspeccionan sus ganancias, sino sus libros de contabilidad.
Las grandes fortunas de Francia suplican en una carta abierta que se les aplique una contribución especial, ya que la deuda y el déficit les hacen sospechar que el tinglado se venga abajo y en el colmo de la injusticia paguen ricos por trabajadores. Sería una transgresión al orden constituido desde que el mundo es mundo y la pela es la pela. No debieran mezclarse los que tienen de sobra con los que le falta lo más necesario. Por eso alguien propuso una alta distinción, quizá algo simple, pero válida en líneas generales, y dijo que para saber qué opinión tiene Dios del dinero basta con fijarse a quienes se lo da.
En España andamos con graves problemas de distribución, pero quienes mandan en nosotros -la señora Merkel y Sarkozy- nos han obligado a variar el programa de festejos. La penuria debe ser declarada anticonstitucional, pero como eso es ilusorio hay que cambiar la Constitución. La verdad es que nos han metido en un reformatorio. El eje París-Berlín nos está partiendo por el eje y ya no es urgente esperar, sino tomar decisiones que calmen a los mercados, que están de los nervios. Para que el acuerdo entre Zapatero y Rajoy salga bien, según los más pesimistas, habría que dejar fuera a los dos. A sí no discutirán. Pero lo más preciso es importar multimillonarios franceses, en vez de seguir mandando obreros españoles para su vendimia.