Con crisis pero con salud
Actualizado: GuardarAcabamos de empezar un curso político que se presume efervescente. Todo va a estar movidito salvo, claro está, los fondos públicos. Los Presupuestos Generales del Estado van a nacer, pobrecitos, bastante debilitados, por lo que poco cabe esperar de ellos. A estas alturas, ya sabemos que la crisis, al menos en nuestro país, seguirá siendo la protagonista indiscutible del año que se avecina. Pero, como siempre, no hay mal que por bien no venga. Los americanos, que son unos artistas, ya han encontrado argumentos para evitar que caigamos en la depresión más absoluta. Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan han demostrado, y publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Science, que durante las épocas de crisis, la salud de la población no solo no se resiente, sino todo lo contrario. Resulta que, durante el crack de 1929 y los años de la mayor crisis económica del siglo XX, la mortalidad descendió en todos los grupos de edad, aumentó la esperanza de vida y se estabilizó la incidencia de las causas de muerte más frecuentes de la época (salvo, por supuesto, la de los suicidios). Al parecer, nuestro común estado de salud tiende a ir mejor en las épocas de recesión que en las de bonanza y, por tanto, cabe esperar que las excelentes perspectivas que se produjeron en los años 30, se vuelvan a repetir durante la crisis actual. No deja de ser lógico. Sin dinero, se corre poco riesgo de sucumbir a los excesos, alimentarios o de otros tipos, se fuma menos, y se coge menos el coche. Sin trabajo, se reduce el stress laboral diario, los riesgos de sufrir accidentes profesionales, y disminuyen también las posibilidades de estar expuestos a los agentes contaminantes y nocivos de ese entorno. Poco se dice en el estudio sobre los riesgos específicos para la salud mental de los sufridores de la crisis; quizás no fueran muy relevantes en aquellos momentos, aunque los parados de la época tampoco tenían que padecer el parte diario televisivo sobre las perspectivas a mediano plazo. En fin, que no hay que desanimarse. Vamos a tener que soportar un 2011 más que duro pero, eso sí, lo vamos a hacer pletóricos de salud.