SORPRESA. Rodríguez de Castro y su abogado ayer a la salida del juzgado en Cádiz. / ROMÁN RÍOS
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Rodríguez de Castro reaparece y escuda su gestión en la Abogacía del Estado

El ex delegado de Zona Franca, al que se le imputa un delito de malversación de fondos públicos acude de forma voluntaria a declarar «para que resplandezca la verdad»

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Todas las elucubraciones y leyendas sobre el ex delegado de Zona Franca Manuel Rodríguez de Castro que habían contaminado el ambiente político de la ciudad dejaron de ser simples conjeturas ayer cuando se presentó «voluntariamente» junto con su abogado, José Antonio Bosch, en el juzgado número 4 de Cádiz. De este modo, Rodríguez de Castro se personaba en el proceso de instrucción por la querella que interpuso la Abogacía del Estado el pasado mes de agosto en la que se le imputa un delito de prevaricación, fraude, malversación de fondos públicos y apropiación indebida tras la puesta en marcha el portal informático Rilco en el año 2000 y de la que dijo haber tenido noticias a través de los medios de comunicación ya que «nadie me ha notificado la querella ni me ha citado».

Rodríguez de Castro se negó a contestar a ninguna de las preguntas que le formularon los dos abogados del Estado, Manuel Ponce y José Aurelio González, e incluso en las declaraciones a la salida del juzgado dejó ver que su defensa va seguir la misma línea que la de Miguel Osuna -al que acusan en el mismo procedimiento de un delito societario- y es justificar su gestión en base al asesoramiento y el visto bueno que según declararon tenían de la Abogacía del Estado. «Que mi propio abogado me acuse me parece absolutamente ridículo, esto es impresentable...» manifestó, a la vez que explicaba a los númerosos medios de comunicación que le acribillaban a preguntas que «el señor que me ha asesorado durante cinco años ahora es quien me acusa, que creo que es también lo que le ocurre a Miguel Osuna... Por Dios, un poco de decencia», exclamó. En este sentido, su abogado explicó que desde el punto de vista deontológico «nuestro colegio tiene prohibido que uno sea acción y defensa en relación al mismo cliente» y añadió: «de momento, no he estudiado las consecuencias jurídicas de este comportamiento, pero entendemos que desde el punto de vista moral no es correcto y desde el deontológico me parece sancionable, mientras que desde el punto de vista jurídico probablemente tendría alguna irregularidad».

«Apoyado por Teófila»

Rodríguez de Castro aseguró que Rilco es «un proyecto magnífico y todavía es salvable si alguien lo quiere salvar» y lo comparó con el segundo puente - «aquel que van a llamar el de la Teo», confundió intencionadamente- como un «producto estelar para esta ciudad, lo que ocurre que, desafortunadamente se ha desaprovechado esa inversión, que era muy buena para Cádiz y España».

A la pregunta de que si se había sentido apoyado por su partido en estos años dijo que «siempre» y añadió que «también por Teófila Martínez, de la que mantengo su apoyo», aunque reconoció que en estos últimos cinco años no había conversado con ella porque «las amistades se mantienen sin necesidad de conversaciones». Calificó a Miguel Osuna como «un caballero, un gran profesional cuyo conocimientos en cuentas ha sido fundamental para poner orden en muchas instituciones y ha hecho un excelente trabajo con el apoyo del PP».

El ex delegado del Estado dijo sobre la Zona Franca que es «importante que los políticos gaditanos tomen nota que el respeto a las instituciones hace fuerte a las ciudades y a sus gentes y da confianza a los inversores» y aseguró que durante estos cinco años había estado sometido a un juicio político y ha soportado con «la mayor tranquilidad posible» las opiniones políticas de las personas que han decidido insultarle y utilizarle políticamente a su conveniencia. «Lo bueno de todos estos procedimientos judiciales es que hacen justicia y ponen a la gente en su sitio», dijo. Insistió en que la Zona Franca «da mucho empleo y riqueza, hace mucho bien a la ciudad de Cádiz y es un privilegio tener hoy en día una Zona Franca en la Unión Europea y todo lo que se hable de mal es muy triste».