SUCESOS

Operación policial contra el trapicheo de drogas en El Puerto

Una decena de agentes irrumpe en la Barriada de los Milagros y detiene a varias personas tras realizar cuatro registros

La Policía se lleva a uno de los detenidos M. A.

M. ALMAGRO

Pasan unos minutos de las nueve de la mañana. En la barriada portuense de los Milagros el día, en principio, apunta normal. Sólo los vecinos más madrugadores han salido de casa hacia el trabajo y otros se disponen a hacer sus recados. Todo está tranquilo. De repente, aparece un coche de policía. En principio no alarma. Es habitual. Pero tras éste, llega otro y junto al primero se aposta en dos esquinas. Tras ellos, varios furgones. Todos hacia el mismo punto. Son aproximadamente las nueve y media y, de repente, la mañana ya ha cambiado. Parece que la de hoy va a ser distinta.

Ante la presencia policial, los vecinos comienzan a arremolinarse pero la zona es rápidamente despejada. Una decena de policías, miembros de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Comisaría de El Puerto, participa en este operativo. Reciben también el apoyo del Grupo Operativos Especiales de Seguridad (GOES) llegados desde Sevilla.

La inquietud en la barriada ya es manifiesta. Algunos de los vecinos salen a la calle, otros miran por la ventana desde lo alto para ver qué ocurre. Aunque no es la primera vez que asisten a una redada no deja de impresionar. Comienzan los registros. Los objetivos están claros y los policías se dividen para tener bajo control toda la zona y evitar cualquier ‘sorpresa’.

El repliegue se extiende por varias calles del barrio: Nuestra Señora de Regla, Nuestra Señora de la Caridad y Virgen de los Remedios. Ya no se deja circular por la zona. Ni en coche, ni en moto, ni a pie. Todo indica que se trata de un importante operativo contra el tráfico de drogas al por menor y la tenencia ilícita de armas.

Se producen mínimo cuatro registros en varios pisos. Dos de ellos, en el número 2 y en el 3 de Nuestra Señora de Regla. De uno de esos portales, los agentes se llevan detenido tras registrar su vivienda a Antonio, un hombre de unos 60 años, de complexión delgada y baja estatura. Lo trasladan en una patrulla a Comisaría.

Pero no es el único. Aunque no se ha facilitado más información debido a que la investigación sigue abierta, todo apunta a que podría haber más arrestados. Otro joven al que se acusa de traficar presuntamente con droga, y varios miembros de una misma familia (este extremo por confirmar).

La salida de Antonio es seguida con cierto estupor por los vecinos congregados. «No sé cómo se ha podido meter en eso...», lamenta una vecina. «Creo que le pagaban para que guardara», le contesta otra.

«¿Qué ha pasado?», pregunta Carmen, recién llegada de la Plaza. «Me han dicho en el Mercado que había lio en el barrio... ¡A ver si se los llevan ya a todos de una vez y podemos vivir más tranquilos!».

Tras más de dos horas y después de cargar en uno de los vehículos las pruebas obtenidas en los registros, los agentes comienzan a recoger cumpliendo y se marchan. «¿A quién se han llevado?», llega otro vecino en un ciclomotor. «¡Al Antonio, Dani, al Antonio!».

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