COFRADÍAS

El Ayuntamiento de Cádiz y las hermandades crean una comisión para estudiar los recortes de «cantidades superfluas»

Eva Tubío y Martín José García acuerdan este grupo de trabajo ante el desconocimiento del gasto y para aclarar «concepto por concepto» cuánto le cuesta la Semana Santa al Ayuntamiento

JESÚS A. CAÑAS
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Lo del Ayuntamiento con las cofradías es como el síndrome de la rana hervida. La realidad empírica dice que si echas a una rana en agua hirviendo saltará intentando escapar, pero si la echas en agua fría y luego la calientas la rana morirá sin enterarse. Pues entre el agua fría y la caliente anda el Consistorio y el Consejo de Hermandades. Primero, fue una reunión cordial con el alcalde en el que ambas partes salieron con la intención de «colaborar» e intentar ajustarse el cinturón; agua templada. Pero el agua hirviendo llegó ayer con la asamblea de Podemos que acusó a las cofradías de «tener beneficios» como para afrontar un recorte de subvenciones. Y con estos mimbres, a la concejal de Cultura le tocaba bajar de nuevo el fuego para evitar malentendidos entre ambas partes.

Para ello, en una nueva reunión, acordaron crear un grupo de trabajo entre ambas partes que estudiará el presupuesto y gasto del Ayuntamiento en la Semana Santa y qué cantidades son más «superfluas» y, por tanto, susceptibles de ser recortadas».

Esa fue la conclusión más destacada a la que llegó una cita entre el presidente del Consejo, Martín José García (acompañado por el resto de miembros de la Junta Permanente del Consejo) y la concejal de Cultura Eva Tubío en la sede de la Fundación Municipal de Cultura, en Centro Reina Sofía. La espera inicial, los gestos de unos y otros, denotaban cierta tensión. De hecho, Tubío fue tajante en sus primeras palabras a los cofrades a los que encomió a hablar para «aclarar las cosas», tras «el revuelo mediático». Casi una hora después, ambos comparecían a esos mismos medios para reanudar el clima de entendimiento de la primera cita. «Hemos manifestado la mejor disposición por parte del Consistorio», resumía Tubío para añadir que «es la misma línea que ha manifestado el alcalde».

En sus palabras, Tubío no negó la intención de «seguir colaborando en el aspecto cultural», pero desde «la pedagogía del ahorro». De ahí que se mostrara dispuesta a «seguir dialogando» sobre plazos y prioridades de cofradías y Ayuntamiento. Y para ello, ambas partes se han citado en un plazo de dos semanas para estudiar los resultados de un grupo de trabajo que estará integrado por dos técnicos municipales de Cultura y dos miembros del Consejo: el vicepresidente Juan Carlos Jurado y el secretario Antonio Gallarín

Estos representantes tienen como tarea «estudiar concepto a concepto» la colaboración entre Consistorio y hermandades. Porque esa fue otra de las conclusiones curiosas de la jornada, el reconocimiento abierto del Consistorio de «no tener claro» cómo se materializa la ayuda económica a las cofradías. «Nos preocupaba acertar con qué presupuestos estamos trabajando», reconoció Tubío. De ahí que ambas partes se hayan puesto el objetivo de conocer tanto el presupuesto como «el gasto que ha supuesto la aportación municipal para ver cómo podemos llegar a un entendimiento».   

García se mostró dispuesto a este diálogo  para recortar «acercándose al máximo a lo necesario». «Las cofradías estamos en la misma sintonía de ayuda que el Ayuntamiento y somos conscientes de la crisis en la sociedad», apuntó el presidente a la vez que recordaba la labor social de las hermandades. Así, apuntó su interés por aclarar «conceptos que no tienen que ver con la Semana Santa y que se pueden recortar» y la definición de «cantidades superfluas que se pueden abaratar». De hecho, el presidente dejó claro que las hermandades están dispuestas a ajustarse el cinturón en la subvención (cifrada en unos 120.000 euros) y demás gastos a «lo indispensable para salir a la calle». «Los dos queremos que la Semana Santa sea viable y que los ciudadanos puedan seguir disfrutándola». Así las cosas, García dejó claro que las cofradías estarán dispuestas a eliminar costes menos necesarios e indirectos (como podría ser el ciclo de Música en Cuaresma), pero se mostrará menos flexible en lo que es la ayuda económica a las salidas en sí mismas al recalcar «el beneficio que genera la Semana Santa en la sociedad». 

En cualquier caso, ambas partes se negaron a hablar de cantidades, partidas, gastos o posibles recortes hasta que no se detalle el alcance total de la colaboración. Luego llegará la materialización del recorte y la reacción de los cofrades. De momento, García se muestra dispuesto a informar a los hermanos mayores de los avances de las negociaciones e incluso convocar un pleno extraordinario para abordar la postura oficial de las cofradías. De momento, el agua vuelve a estar tibia. Habrá que ver si la rana salta con un nuevo calentón.

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