El hijo de Putin
Actualizado: GuardarVladímir Vladimírovich Putin es hijo de Vladímir Spiridónovich Putin. Para abreviar Putin es hijo de Putin. De igual forma que Artur Mas Gavarró es hijo de Arturo Mas Barne. Si estos hubieran sido rusos a lo mejor serían como los Putin, padre e hijo. Este último no es un hijo de Putin, sin duda alguna, ya que su padre no se apellida Putin, pero si un hijo de defraudador fiscal. Durante su etapa de Consejero en la Generalidad se vio envuelto en los casos de corrupción denominados del 3%, en referencia a las comisiones que cobraba su partido Convergencia Democrática por adjudicaciones públicas. Su padre posibilitó que él fuera uno de los beneficiarios junto a su madre y hermanos de unos fondos evadidos por su progenitor a través en unas cuentas opacas que durante 24 años ha mantenido en Liechtenstein y Suiza. Y después dice que Espanya ens roba. En fin, la familia Putin cada día que pasa me resulta más familiar con la familia Mas, algo así como sí emparentasen por momentos. Quizás por todo ello el destino favorito turístico de los rusos sea Cataluña. Todo ello hay que atribuírselo a la globalización. Los Putin ya no son lo que eran, algo exclusivo, dado su condición de hijo único. Su matrimonio ahora extinto reportó dos vástagos, por eso ahora ya no son hijo, sino hijos de Putin.
Pero no pretendo comparar a Arturito con Vladimir, se lo vaya a creer y siembre Cataluña de un sinfín de uniformados sin emblemas ni señales identificativas sobre su procedencia. A Putin sí que puede comparársele para su gloria con Julio César, porque en Crimea ha reeditado el ‘Vino, vio y venció’. Es la reedición de su victoria en Zela contra el rey del Ponto, que se utiliza habitualmente para significar la rapidez con la que se ha hecho algo con éxito.
Pero seamos serios e intentemos ser objetivos, a pesar de la simpatía que me producen los ucranianos. Quizás mi buena amiga Nadia colabora de manera contundente en ello. Lo que ha ocurrido en Kiev ha sido un golpe de estado en toda regla. Hemos asistido a un cambio político violento. Sin restar un ápice de responsabilidad política en la crisis a Victor Yanukovich, no se puede negar que él, presidente legitimo fue privado del poder por medios inconstitucionales y no pacíficos. Quizás ahora se vuelva a actualizar una vez más la célebre frase de Churchill que decía que «en política internacional hay razones que la razón no entiende». Tan malo es la invasión armada de un Estado soberano como Ucrania por otro, Rusia, como lo fue la de Serbia, cuando se le arrebató Kosovo. Lo mismo que está ocurriendo en Siria puede ocurrir en Ucrania.
Arturito quiere el divorcio con España, como Putín lo obtuvo de la Putina, Lyudmila para más señas.