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¡AY! DE LOS VENCIDOS

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El fraterno combate ha estado muy igualado y se dirimió sólo por 22 puntos, que son muy pocos teniendo en cuenta el número de los que llevaban, que eran 956. Las federaciones boxísticas aconsejan que se evite el resultado de nulo en cualquier 'match' importante. Arguyen que siempre uno de los dos púgiles ha dado un golpe más. En el caso de la Secretaría General del PSOE, que se jugaba el título, parece que han abundado los golpes de teléfono. Muchas llamadas febriles, a cual más influyente, para inclinar las voluntades sin tumbarlas, ya que un KO siempre deja secuelas. Las llamadas 'cañerías' del partido, que tienen unas grandes tragaderas, han trabajado de lo lindo y de lo sucio. Ya hay vencedor. Sea en hora buenísima, pero siempre hay que lamentar el desperdicio de personas valiosas, que las hay, que apostaron por el caballo perdedor. Son cosas del hipódromo político.

-¿Quién es a tu juicio el jugador más importante de un equipo?, le pregunté a Di Stéfano, cuando hacíamos con Garci, todavía en el Nuevo Testamento, el programa 'Estudio Estadio'. Alfredo, que es un genio y no sólo del balón, me respondió celéricamente:

-El jugador más importante es el vestuario.

Un partido socialista compacto y decente es necesario en España para emprender su reconstrucción, una vez que ha amanecido en la noche de los cuchillos largos, entre los que abundan los cachicuernos.

Salvo a los interesados, a muy pocas personas les ha interesado el desenlace. Hay más escépticos que papeletas y la gente habla del sueldo del señor Rato, que no es como para quejarse, y de lo que cobra el señor Garzón en Ecuador, donde la mayoría de sus habitantes gana dos dólares al día. Ojalá no derrochemos personas decentes sean del partido que sean o de la facción vencida. Tienen el valor de la escasez.