Blanco niega el retraso el día en que Dragados amaga con un parón total
El ministro califica de «invento» la paralización, mientras que la constructora reduce la actividad a un turno con menos de cien operarios
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl ministro de Fomento, José Blanco, ha salido a escena para defender el desarrollo de la obra del segundo puente y negar la evidente paralización que sufren los trabajos. Blanco ha utilizado, como ya hizo el verano pasado, su retórica gallega para explicar el estado actual que presentan los trabajos y aseguró que «no va ni más ni menos deprisa, sino de acuerdo a los calendarios que marcan los Presupuestos Generales del Estado». Esta declaración la hizo ayer durante una conferencia en Sevilla. Consideró que «la preocupación en Cádiz la tendrían cuando no se hacía el puente, pero ahora la obra es bien visible». Recordó que supone una inversión de 316 millones de euros y agregó que en Cádiz «se da una paradoja», como es la de que «en un momento determinado se pusieron vallas para apropiarse del puente de Cádiz, como ocurrió con el Ayuntamiento, y ahora, cuando todo el mundo sabe que lo hace Fomento en colaboración con la Junta, recogen firmas para que vaya mas deprisa o se inventan retrasos que no se corresponden con la realidad». En su opinión, esto es fruto «de la confrontación, que busca el PP». Aseguró que «la foto del puente de este año no tiene nada que ver con la del año pasado». Mostró su deseo de que el nuevo acceso se hubiera hecho cuando Teófila Martínez y Javier Arenas estaban en sendos gobiernos, «pero entonces no había ni planos».
Las palabras del ministro se producen justo el mismo día en que Dragados amenaza con paralizar totalmente la obra si la Junta no abona parte del sobrecoste que ha significado la incorporación del tranvía en el proyecto. De momento, ha frenado la construcción del tablero y se prevé que, en breve, ordene la paralización total de la actividad.
Este periódico ha podido saber que la empresa adjudicataria de la obra ha informado a las subcontratas de un nuevo plan de trabajo para el verano. La actividad queda reducida a un solo turno intensivo, por tanto no habrá prolongación de jornada. Solo cien trabajadores permanecen en el tajo. La disminución de la mano de obra ha sido progresiva durante los tres últimos años. Cabe recordar que la construcción del puente de 'La Pepa' arrancó con 400 personas. La plantilla bajó más tarde a 300 operarios, que se repartían en tres turnos de trabajo. Sin embargo, el contingente comenzó a menguar tras el parón que sufrió la actividad el pasado verano como consecuencia de los recortes presupuestarios del Ministerio de Fomento. La reactivación de la obra no ha logrado superar desde entonces los 200 trabajadores.
La nueva presión de Dragados ha obligado a Fomento y a la Junta a mover ficha ante el reclamo de 27 millones de euros que supone la implantación de la plataforma tranviaria en el tablero del puente. Las empresas encargadas de la construcción de la estructura metálica han frenado la fabricación del armazón hasta nueva orden. Las subcontratas guardan en sus almacenes parte de las dovelas. La dirección de obra tenía previsto iniciar en las próximas semanas la colocación de los primeros 125 metros de tablero desde la orilla de Cádiz, pero esta operación, que ya lleva un año de retraso, tendrá aún que esperar hasta que se resuelvan los problemas de financiación.
La incertidumbre que pesa otra vez sobre el nuevo puente de la Bahía quedó plasmada por escrito en el análisis que hizo a finales del pasado junio el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Víctor Morlán, que destacó como la obra estaba condicionada al acuerdo con la Junta sobre el tranvía. Fomento ya exponía en este documento la fórmula para desatrancar el problema de financiación y es que la Junta asuma el coste del nuevo canal de navegación que exige Navantia bajo el puente para facilitar el paso de grandes buques con plataformas eólicas, que supone una inversión de 20 millones de euros, mientras que Fomento se queda con el sobrecoste del tranvía. Es un intercambio de convenios. La continuidad de la obra pasa por la burocracia.