San Sebastián en libertad
Actualizado: GuardarLa proclamación de San Sebastián como capital europea de la cultura en 2016 reconoce el excelente trabajo del anterior alcalde de la ciudad, el socialista Odón Elorza, apuesta por convertir a Donosti en una capital de libertad y paz, y debería servir para que el actual alcalde, de Bildu, se convierta en esta legislatura en el demócrata que ahora no es.
Es un día feliz para los donostiarras, San Sebastián, ese melocotón con nata cultural, puede sacar a pasear la ciudad de la cultura que ya es; cultura del Festival de Cine, de la Quincena Musical, del Festival de Jazz, de los Cursos de Verano, y de tantos otros eventos, y construir con todos ellos, y otros más que surjan, un relato de libertad, paz y convivencia pacífica. Un relato de libertad sin los odios del tan reciente pasado, sin las miradas envenenadas, sin esa geografía de tantos lugares llenos de muerte. No solo no se trata de olvidar ese pasado, se trata de que los actuales gobernantes lo asuman, decidan que están dispuestos a reconocer su parte alícuota de responsabilidad, por acción u omisión, en los años de plomo, y se presten a organizar la convivencia en libertad, dejando claro que unos han asesinado y sembrado odio, y otros han sido asesinados y vivido sin libertad. Que no puede ser lo mismo asesinar que ser asesinado y que no hay posible empate moral entre criminales y víctimas.
Decía Mario Onaindia que la democracia hace demócratas. Digo yo que el ejercicio de la democracia convirtió en demócrata a Manuel Fraga, ministro de Franco cuando el dictador fusilaba a Julián Grimau, en 1962, por pedir libertad; cuando era ministro de Gobernación y la Policía, aún franquista, asesinaba a obreros en Vitoria por pedir libertad, en marzo 1976. Ojalá el ejercicio continuado del gobierno municipal y foral convierta a los electos de Bildu en los demócratas que aún no son, les saque del totalitarismo criminal que han apoyado durante demasiados años.
Este debe ser un día alegre para los ciudadanos de San Sebastián, tan golpeados por la tristeza de tantos días de lluvia y funerales, este debería ser el día en que la ciudad empezara una nueva época, con la mejor herencia de la anterior alcaldía y con el deseo de que el actual alcalde acabe en demócrata. Hoy debe ser un día en que la ciudad se mire a si misma y siga construyendo, en medio de ese melocotón con nata, un relato de ciudad libre, en la que quepamos todos, sin miedos, sin odios, con memoria.
Es justo que San Sebastián sea capital europea de la cultura, como hubiera sido justo que lo fueran otras ciudades candidatas, en nuestro caso tenemos el deber moral añadido de convertir esta designación en un acicate para la libertad, para la paz y para la convivencia, para que las calles de san Sebastián sean lugares de memoria y libertad.