EMPORIO DEL ORBE

EL 'LOBBY' ROCIERO

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En los últimos días hemos asistido a espectáculos difícilmente asimilables. La constitución de los ayuntamientos del pasado sábado se convertía en un sainete en demasiados lugares. Hemos visto a una concejala convertirse en alcaldesa por sorpresa, sillones sospechosamente vacíos en tomas de posesión, abandonos del pleno constituyente por concejales oportunistas que se unían a las manifestaciones de los indignados. Igualmente hemos comprobado cómo munícipes que prometían dedicación en exclusiva para con el pueblo a gobernar, tan solo unas hora más tarde de su toma de posesión anunciaban su intención de compatibilizar actividad profesional y ejercicio público, e incluso a quienes invalidando lo dicho en campaña, simultanearán representaciones en distintas instituciones políticas. En fin, gestos que resultan muy significativos del momento que vivimos, un momento en el que estos guiños de realidad ponen de manifiesto cuánto importan a la clase política las formas. Ahora bien, uno de los gestos que más me han sorprendido de los últimos días, y que creo que en el futuro algún analista debía estudiar, es el overbooking de alcaldes y alcaldesas que se ha producido en la aldea de El Rocío. Me pregunto si no se habrá constituido cierto movimiento de acción política y poder en torno a la Blanca Paloma, que si al igual que la derecha norteamericana encuentra en el Tea Party una plataforma, un grupo, para ejercer poder y presión y lograr cierto reconocimiento político y social, los munícipes de la provincia de Cadiz, y más allá de creencias marianas y/o cuestiones ideológicas, no habrán encontrado en las arenas de Almonte, y aprovechando Pentecostés, su particular manera de hacerse con las lenguas de fuego. En fin, parece evidente, ahora el riesgo de no salir en la foto no pasa por moverse sino por no gritar '!Viva la Blanca Paloma¡'.