LA FORMA DE SU HUIDA
Actualizado: GuardarSe dice que las tres cosas más difíciles de ocultar son la tos, el fuego y el amor. Tampoco es fácil tapar o encubrir el dinero, ya que a los ricos se les distingue siempre porque sueltan el que tienen. Ahora estamos presenciando su deserción y, como es habitual, se habla muy mal del ausente, pero habría que hacer algunas puntualizaciones. En España lo dificultoso es omitir en la declaración a Hacienda las cantidades ridículas, pero las grandes sumas tienen salvoconducto para circular fuera del parcelado territorio nacional. Habría que crear un ministerio de Asuntos Económicos Exteriores para intentar averiguar dónde se refugian los capitales nativos que huyen a zonas más cálidas. Las grandes marcas de Rumasa, que no está dispuesta a caer dos veces en la misma piedra de escándalo, están domiciliadas en el Caribe y Filipinas. Han puesto a buen recaudo el dinero mal recaudado. Viajar ilustra mucho y a nadie le gusta que le quiten lo que no es suyo.
Le estamos siguiendo la pista a un fantasma que no deja huellas porque usa guantes blancos. No es fácil tampoco seguirle los pasos, ya que sus sábanas son tan largas que le tapan los pies. ¿Dónde se habrá guarecido el dinero? Nos cuentan parte de la mentira porque si nos enfrentáramos con la verdad podríamos quedarnos ciegos. La empresa ExxonMobil Spain, que abunda en enigmáticas equis y usa nuestro zarandeado nombre en vano, ha conseguido una forma legal para ahorrar impuestos. Lástima que no divulgue su hallazgo: todos los españoles que tributamos a Hacienda casi la mitad de lo que nos pagan daríamos saltos de alegría si el baremo fuese idéntico. Además tendríamos el consuelo de saber que por mucho que saltáramos no se nos iban a caer de los escuetos bolsillos, siempre descubiertos. La técnica de esquivar acreedores domiciliando el dinero en Belice o en Filipinas es algo que no nos urge aprender. Debemos reservarla para los grandes patriotas que antes de correr riesgos salieron corriendo con las ganancias.