Lo peor del Barcelona

Vaya por delante mi más profunda admiración al Barcelona, Pep Guardiola, su colonia, Iniesta, Piqué, Puyol, Pedrito, Xavi, la Masía, el Camp Nou, Messi y si me apuran hasta a Joan Laporta. Bueno no, a Laporta mejor lo eliminamos de esta lista, que, al loro, tampoco estamos tan mal. Está bien que ahora nos dediquemos todos a ensalzar las bondades de este equipo que dicen que juega muy bien al fútbol, pero que yo creo que es otro tipo de deporte porque no tiene nada que ver con lo que había visto hasta ahora.

Con la victoria del pasado sábado ante el Hércules este grupo de jugadores, amigos y residentes en Catalunya todos, igualó el récord de quince victorias ligueras consecutivas que ostentaba en solitario el Real Madrid de Di Stéfano. Ahí es nada. Y lo peor es la forma de la que consiguen estas victorias. Cuando se encuentran ‘agustito’, al más puro estilo de Ortega Cano, te hacen una faena de dos orejas y el rabo, te caen goles y más goles y ni te enteras. Interesados, preguntar por Almería; Cuando a Guardiola le da por hacer de entrenador y repartir los caramelos entre todos sus muchachos para que ninguno se enfade, lo mismo se ven apurados y tienen que esforzarse algo más de lo esperado; y cuando se saben superiores, como el otro día, basta con que aparezca alguno de los muchos solistas de que disponen en la orquesta para dar un recital, casi siempre un tal Leo Messi, que como jugador blaugrana lleva ya 164 goles y tiene solo por delante a Kubala con 196 y César, que marcó 235, pero, claro, tras 17 temporadas en can Barça.

Digo lo peor porque, como dijo el otro día un oyente de ‘Tiempo de juego’ , los partidos del Barcelona se parecen cada vez más a las películas porno: al principio nunca sabes qué va a pasar, pero siempre terminan de la misma forma. Resulta paradójico, pero tanta superioridad aburre. Tanto o más que un partido de Clemente.