LAS TIJERAS
Actualizado: GuardarNo es cierto que los dos partidos mal llamados hegemónicos sean incapaces de ponerse de acuerdo: han coincidido en que hay que recortar las pensiones. Como en la copla, son dos los remos de la misma embarcación y los usan para golpearnos con ellos en el tenebroso mar que atravesamos. Quizá fuera más apropiado el símil de las tijeras, esas hermanas siamesas que pinchan y cortan. El cómputo de las monedas póstumas que llamamos pensiones se hará al menos sobre veinte años y no sobre los quince actuales. Que nadie diga eso de que veinte años no es nada, como asegura el tango: lo que no son nada son las pensiones.
La trampa aritmética encubre una siniestra extensión de la pobreza que afectará a las personas mayores, o seas, a los que hayan cometido la imprudencia temeraria de prolongar su residencia terrestre. La verdad es que algunos no tenemos la menor idea de cuándo debemos morirnos para dejarles el sitio a las nuevas generaciones, que también tiene derecho a pasarlas canutas, aunque muchos de sus componentes no sepan hacer la o con un canuto.
La alteración de la demografía no podía traer nada bueno, ya que los colosales avances mediáticos no han logrado aún estirar la vida a los cuarenta y tantos años, sino a los ochenta y tantos, cuando nos falta aproximadamente un cuarto de hora para estirar la pata.
El meritorio acuerdo entre el PP, que dicen que tiene vetas centristas, y el PSOE, que según otros tiene vetas del PP no engaña a nadie. Hasta las personas peor dotadas para hacer cuentas sabemos que a todos, salvo deshonrosas excepciones, nos va a ir peor. Arthur Koestler, el del cero y el infinito, comunista arrepentido, dijo que «dos y dos no son cuatro cuando las unidades matemáticas no son seres humanos». Quienes nos gobiernan - es decir- son unos manostijeras, pero les queda poco por recortar.