Tribuna

Andalucía se vende a bajo precio

PRESIDENTE DEL COMITÉ PROVINCIAL DE ENLACE ANDALUCISTA DE CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Es triste, demasiado triste, ver como nuestra tierra es utilizada como pago para intereses de cualquier signo. Es mucho más triste porque sucede una y otra vez, además con nuestra pasividad, la de los andaluces, empezando por el Gobierno de la Junta de Andalucía del PSOE.

Andalucía es una buena fórmula de pago, así, Zapatero decidió que CajaSur se diera a la BBK, caja de ahorro vasca, como detalle para agradar al PNV y que éste se sentara a negociar los Presupuestos Generales del Estado de 2011, de hecho, es su apoyo el que salvó a Zapatero, pues sin presupuestos hubiéramos tenido elecciones generales anticipadas este otoño. Al final, gracias a lo que pagamos los andaluces, tenemos a Zapatero de presidente del desgobierno actual hasta que a este y al PSOE les dé la gana o se acabe la legislatura. Es una más de las veces que somos cambalache gratuito. Pero lo más grave no es solo este cambalache dentro del Estado español, sino el que nos utiliza a nivel europeo, o ¿acaso no fue esto mismo la solución al problema de la huelga de hambre de la activista saharaui Aminatu Haidar con la firma de un acuerdo agrícola entre Marruecos y la Unión Europea, en el que era el campo andaluz quien pagaba con sus pepinos y sus tomates?

Lo malo de ello, es que esto parece ya normal, son demasiados años pasando lo mismo. Cuando estudiaba en Jerez de la Frontera recuerdo los camiones con remolacha o con algodón, que eran dos cultivos que se llamaban sociales por la cantidad de puestos de trabajo que daban al campo andaluz. Hoy, gracias a la Política Agraria Comunitaria, están casi desaparecidos, fueron otras necesidades de las políticas europeas para otros estados que se pagaron desde aquí.

El Estado Marroquí nunca ha sido un buen vecino, siempre ha recurrido a la fuerza o al amago de ejercer la misma, pues conoce que al final esta política le trae beneficios al clan dominante, nunca al pueblo marroquí, pues el Estado español o la Unión Europea al final siempre pagan para estar tranquilos y mantener la vecindad, aunque muchas veces sea Andalucía la que pague.

Lo último ha sido el conflicto entre Marruecos y saharauis en El Aiun, donde se ha demostrado que los derechos humanos son papel mojado, cuando curiosamente el Gobierno español del presidente Zapatero ha tomado posicionamiento pro Gobierno marroquí mientras mayoritariamente los españoles opinábamos lo contrario. A Zapatero y al PSOE no les han importado las afrentas a las policías femeninas españolas en la frontera marroquí, el maltrato y la vejación en su trabajo a los periodistas españoles, la muerte no natural de un ciudadano con DNI del Estado español, la continua tensión en Ceuta y Melilla, y demás elementos de buena vecindad utilizados por el Gobierno marroquí. Al final, paga Andalucía, pagamos los andaluces, como siempre, para que todo siga igual.

Marruecos gana, Andalucía paga. El Estado español y la Unión Europea cierran los problemas con el Reino de Marruecos con la firma de tres acuerdos, un acuerdo de liberalización comercial agrícola y pesquera, otro para establecer mecanismos de resolución de diferencias comerciales y un tercero para permitir la participación marroquí de programas comunitarios. Tres convenios que van a pagar el mundo rural andaluz y el sector pesquero. Esa liberalización de mercado en la práctica afecta principalmente a nuestras producciones agrarias y pesqueras. Los conflictos sabemos y tenemos experiencia de cómo se resuelven y además, más dinero de los programas europeos aunque se conozca que no siempre llegan al pueblo marroquí, que serán menos para los programas para los andaluces.

Los veintisiete estados europeos lo homologan como «socio estratégico», un nuevo término para justificar que se apoya a un estado poco democrático pero en el cual hay intereses económicos de empresas y personas, no de los pueblos europeos. Por supuesto, está la justificación del terrorismo, que es utilizado siempre como cajón desastre, el miedo, pues se supone que mientras Marruecos siga como está nos defiende del mismo. Me temo que las víctimas del 11-M no estimen esta teoría.

Me gustaría que el designado presidente Griñan de la Junta de Andalucía nos dijera cuánto nos va a costar anualmente la firma de esos tres convenios a los sectores productivos andaluces, me gustaría que me dijera cuántos puestos de trabajo se van a perder, o según la terminología moderna, cuántos andaluces pasarán a inscribirse en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo. Me gustaría que un presidente de Andalucía tuviera el suficiente peso político para defender nuestros intereses, pero ya lo demostró en el caso CajaSur, donde públicamente lo ningunearon los suyos y ya dudo incluso que conociera estos convenios con anticipación, lo más probable es que los haya conocido por la prensa.

No se defienden nuestros intereses, así ¿cómo vamos a crear empleo? Aquí los intereses son otros, no de los andaluces o de los españoles, sino de los que se consideran familia del Rey Alauita o de los que tienen chalets en la playa de Tánger, está claro, lo ha dicho Trinidad Jiménez, ministra española de Asuntos Exteriores: «Ningún suceso va a alterar la relación que tenga la Unión Europea con Marruecos».

Andalucía, la región económica europea del paro, mayor en extensión y en población que algunos estados de los 27 europeos, no es defendida por nadie, pues si del PSOE que gobierna en Madrid y en Sevilla plantean la estrategia negativa, del PP sólo vemos su perfil, están impregnados por la estrategia de no mancharse pues vienen elecciones y tienen que ser políticamente correctos, algunos comunicados de consumo interno aquí pero en el Parlamento Europeo ¿qué han hecho?, pues no hemos visto que hayan buscado paralizar estos acuerdos que perjudican a nuestra tierra.

Andalucía va a poder pagar poco en lo sucesivo, sin bancos, casi sin cajas, con pocas empresas de peso, las que hay con domicilio fiscal fuera aquí, con un mundo rural abandonado y ni siquiera con canales de distribución, con el sector pesquero a la deriva, ya lo único que nos queda son parados, a los que además se les van a limitar las ayudas, y aumentado la emigración. Al final nos cabe una esperanza, que el pueblo andaluz despierte de una vez, recupere su dignidad y reivindique respeto y derechos.