PAN Y CIRCO

INTERROGANTES

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Tras la 'cantada' destitución de la Risto Vidakovic, estamos en una situación más favorable para, al menos, conocer si la causa de la deficiente marcha del equipo residía sólo en la incompetencia del conductor o si, además, han influido otras deficiencias más complejas y, por lo tanto, más difíciles de subsanar. En los cuatro próximos partidos comprobaremos si el problema consiste, como piensan algunos, en que el sistema de juego era inadecuado, en que la motivación era deficiente y en que la disciplina era escasa o que, como afirman otros, este raquítico rendimiento obedece al bajo nivel técnico y a la inadecuada preparación física de la plantilla. A lo peor la debilidad tiene raíces más profundas. Para desvanecer estas importantes incógnitas no nos sirve ya releer los informes previos a la contratación que enviaron los intermediarios, repasar sus currículos en otros clubes, ni visionar los vídeos de sus mejores jugadas, sino que hemos de observar detenidamente sus comportamientos en los partidos de esta temporada y, sobre todo, contabilizar los resultados. Si es verdad que todavía queda tiempo para enmendar la senda, no es menos cierto que el peso de las derrotas se multiplica cada jornada y que, por lo tanto, esa tensión que, por lo visto, los atenazaban en el encuentro contra el Lorca, será mayor el próximo domingo contra el Caravaca. No perdamos de vista, sin embargo, que, en la actualidad, los problemas de la entidad amarilla son tan complejos que difícilmente se van a solucionar con el cambio de entrenador. Tengo la impresión de que se necesita un revulsivo más potente que haga reaccionar, no sólo a los jugadores, sino también a las demás piezas de un mecanismo que ya está excesivamente deteriorado. Mucho me temo que, por muy bueno que sea el nuevo chófer, si no se cambia el motor, las ruedas e, incluso, la carrocería, este vehículo seguirá renqueando.