La Ría del Nervión es la columna vertebral en torno a la que se ha construido Bilbao, tercera ciudad en reputación de España, según la encuesta Merco 2010. :: Fernando Gómez
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Bilbao, la pujanza de la ciudad emergente

Irrumpe como la tercera capital española tras Madrid y Barcelona. Ha sabido evolucionar sin perder su dimensión humana

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A Joaquín Jesús Caparrós Camino, entrenador del Athletic Club desde 2007, le ha costado unos cuantos añitos cambiar la imagen que tenía de Bilbao. Sus primeras citas con la ciudad del Nervión tuvieron lugar a mediados de los terribles 70 cuando llegaba a Vizcaya embutido en el chándal del Castilla. «Era una ciudad oscura. Muy oscura y muy gris. Ese ambiente era consecuencia de su industria, de los Altos Hornos... Hoy le ha cambiado hasta el color», resume Caparrós.

Y es cierto. El Bilbao de hoy tiene otros tonos. Y hasta más luz. Y no sólo por el último rascacielos luminoso, la nueva sede corporativa de Iberdrola, una vela de 165 metros de alto que se levanta junto a los antiguos muelles comerciales, al lado del Guggenheim de brillante titanio, ni por la completa supresión de las calderas de calefacción de carbón que convertían la ciudad en una acuarela gris.

Es como si los vientos del siglo XXI hubieran hecho desaparecer aquella espesa boina de hollín que coronaba el ‘Botxo’, (el agujero, como la conocen con cariño sus vecinos), una villa plantada en los bordes de la Ría del Nervión y que trepa por sus laderas, como en busca de oxígeno y sol. «Cuando volví, en los 90, como entrenador del Recreativo de Huelva y del Depor, a pelear en San Mamés o camino de Pamplona, el cambio ya era evidente», recuerda Caparrós. «El museo Guggenheim estaba en construcción y se hacían muchas cosas pensando en la ciudad. Hoy presumo de Bilbao», se ufana el entrenador del Athletic. «Es una ciudad acogedora, segura y limpia, con buenos servicios públicos y muchas actividades culturales. Nos sentimos a gusto aquí. Hay mucha calidad de vida».

Esa sensación que tan bien describe Joaquín Caparrós ha permitido alcanzar a Bilbao el puesto de «tercera ciudad con mejor reputación de España», en detrimento de Valencia, y solo por detrás de Madrid y Barcelona, según resume Justo Villafañe, catedrático de la Complutense y responsable último de la encuesta Merco Ciudad 2010. Y, aunque Bilbao solo encabeza el listado de «mejor gestión municipal» (lo que no es moco de pavo en estos tiempos de endeudamientos crónicos), se posiciona «de forma rotunda» como tercera ciudad del país.

«Al líder en reputación, que es Madrid, se le asigna el valor 1.000. Barcelona está muy cerca, con 987 puntos. Luego, en la cota de los 800 aparece Bilbao con 805 puntos. Pero es que detrás –se admira el catedrático– aparecen Zaragoza, con 688, y Santander, con 607. Esa gran distancia apunta a un factor de irreversibilidad en esta valoración de Bilbao».

Fantasmas en la Ría

«Madrid te noquea. Pero Bilbao tiene una dimensión humana. Me gusta vivir en Bilbao», asegura el actor Álex Angulo. El protagonista de ‘El día de la bestia’ o el inefable Blas Castellote de la serie ‘Periodistas’ rebosa gratitud para una ciudad que le ha llenado la retina de estampas mágicas. «De crío recuerdo imágenes fantasmagóricas cotidianas como las coladas de mineral al rojo que bajaban a la Ría. O, cuando vivía en Deusto, y botaban un barco... la Ría se desbordaba y los niños íbamos a ver cómo se inundaban las calles. Veíamos cómo los mercantes, sin pintar, llenos de óxido y con los obreros encima, caían al agua y luego se enderazaban, como tentetiesos».

Hoy, tras los cambios operados, Angulo asegura sentirse «un poco distante», la verdad. «¿Vivimos mejor en Bilbao?», se pregunta. «Según dónde te toque, claro. Hoy, que somos más ‘burguesitos’, lo vemos todo más limpio, podemos pasear, no están los astilleros Euskalduna. Pero... hay algo de añoranza. Tras aquel mal aspecto de antes, de aquella suciedad, se notaba una ciudad en constante ebullición, con ganas de trabajar, de estar mejor... Había otro espíritu, luchábamos por algo. ¿Somos hoy una postal como Donosti, con playa y paseo? ¿Es esto todo lo que soñábamos entonces?», se interroga el actor.

«Se nos ha visto el plumero»

Alegría debe ser la palabra que más se acerca para definir el estado de ánimo de Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao, y tercer edil más valorado de España en la encuesta tras Juan Jesús Vara (Ceuta) y Teófila Martínez (Cádiz). Azkuna se esponja en su despacho. «Aaaah. Madrid juega con ventaja, tiene una masa crítica enorme, es la capital del Reino... Pero me quedo con el salto impresionante que ha dado Bilbao en estos años. Creo que ahora se nos ha visto el plumero y se han fijado en nosotros. Los ciudadanos de aquí y los que nos han visitado, han exportado lo que nosotros sabíamos», resume.

El alcalde ensalza también el espíritu «echao p’alante», «simpático» y «hospitalario» de sus convecinos, esa bonhomía que, por ejemplo, les lleva a echar un cable siempre que observan a algún visitante en apuros, con el mapa extendido ante sus extraviados ojos. ¿Será por el carácter, será por la novedad? ¿O será, como apunta Álex Angulo, por la curiosidad de saber quién es capaz de perderse en un Bilbao que no tiene más que un camino de ida y vuelta?