El Papa elude la polémica por los casos de pederastia y reitera su condena del aborto
Benedicto XVI señala durante la Misa Crismal que los cristianos no deben aceptar las injusticias "aunque sean consideradas como derecho"
CIUDAD DEL VATICANO Actualizado: GuardarEl Papa ha abierto el Triduo Pascual con la Misa Crismal, en cuya homilía ha dicho que los cristianos deben cumplir con el derecho, pero que no deben aceptar las injusticias "aunque sean consideradas como derecho, por ejemplo, cuando se trata del asesinato de niños inocentes aún no nacidos".
La Misa Crismal marca el comienzo del Triduo Pascual, centro y culmen del Año Litúrgico, y se celebra el Jueves Santo, día en que se conmemora la institución de los sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal por Jesucristo durante la Ultima Cena, según la tradición cristiana. Durante el rito, celebrado a primeras horas de la mañana en la basílica de San Pedro del Vaticano, al que asistieron más 10.000 personas, los sacerdotes renovaron sus promesas (pobreza, castidad y obediencia) y el papa Benedicto XVI destacó en su homilía lo que significa ser cura y sus obligaciones.
"Los sacerdotes estamos llamados a oponernos a la violencia", ha afirmado el Pontífice, que no ha hecho referencia a los escándalos de curas pederastas, que ya ha condenado con dureza en numerosas ocasiones en estas semanas.
Personas de paz
El Obispo de Roma, de casi 83 años, ha apuntado que los cristianos tienen que ser personas de paz, que reconocen y viven el misterio de la cruz como misterio de reconciliación, ya que Cristo no triunfa por medio de la espada, sino por medio de la cruz, "vence superando el odio, con la fuerza de su amor".
Tras subrayar que la cruz de Cristo expresa su "no" a la violencia, Benedicto XVI ha manifestado que los cristianos están llamados a oponerse a la violencia y como buenos ciudadanos tienen que respetar el derecho y hacer "lo que es justo y bueno". Esto, según el Papa, "consiste en rechazar lo que en los ordenamientos jurídicos vigentes no es derecho, sino injusticia".
Durante la misa, Benedicto XVI ha bendecido el óleo de los catecúmenos, el de los enfermos y el Crisma (aceite y bálsamos mezclados), que le fueron presentados en tres grandes jarras de plata. Estos óleos se utilizan para ungir a los que se bautizan, a los que se confirman y para la ordenación sacerdotal. El rito se celebra en todas las catedrales del mundo.
Haití, en la memoria del Papa
Refiriéndose al aceite consagrado, el Papa ha subrayado que en la antigua iglesia era símbolo de júbilo, tras lo que ha añadido que el júbilo es diferente de la diversión o de la alegría exterior que la sociedad moderna anhela. "La diversión, en su justa medida, es buena y agradable. Es bueno poder reír, pero la diversión no lo es todo. Es sólo una pequeña parte de nuestra vida y cuando quiere ser el todo se convierte en una máscara tras la que se esconde la desesperación o, al menos, la duda de que la vida sea auténticamente buena, o de si tal vez no habría sido mejor no haber existido", ha remarcado.
El Papa se trasladará esta tarde a la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, para celebrar la misa de la Ultima Cena, en la que tradicionalmente lava los pies a doce presbíteros. Benedicto XVI ha decidido que el dinero que se recoja durante la misma se destine a la reconstrucción del seminario de Puerto Príncipe, destruido por el terremoto que azotó Haití.
Mañana, Viernes Santo, el Pontífice presidirá en la basílica de San Pedro la Pasión del Señor y por la noche acudirá al Coliseo de Roma, en el centro de la Ciudad Eterna, para presidir el tradicional Vía Crucis. En la noche del Sábado Santo celebrará en la basílica de San Pedro la Vigilia Pascual. El domingo oficiará en la plaza de San Pedro la Misa de Resurrección, tras la que pronunciará el tradicional Mensaje Pascual e impartirá la bendición 'Urbi et Orbi', a la ciudad de Roma y a todo el mundo.