«Cuando una escritora gana un premio, lo visible es que es mujer»
Laura Freixas inauguró ayer el IV Seminario de la Fundación Caballero Bonald desmintiendo que exista un 'boom' de literatura femenina
JEREZ. Actualizado: GuardarLaura Freixas no llegó a Jerez con ideas bonitas, con reivindicaciones justas ni peticiones platónicas. Laura Freixas estuvo en la Fundación Caballero Bonald cargada de argumentos, cifras y evidencias que mantuvieron al público atento desde la primera hasta la última palabra de su intervención dedicada a 'El lugar de las mujeres en la cultura española actual'.
«Todos sabemos que hay diferencias salariales entre el hombre y la mujer y que muere una mujer a la semana en España por violencia de género pero nadie difunde las cifras de la presencia de las mujeres en la cultura», dijo la especialista, que pertenece al Parlamento Cultural Europeo. Esa idea de que las mujeres están dominando la literatura, de que se ha producido un boom de escritoras es falsa: «De los diez libros más vendidos del año pasado, sólo dos son de mujeres. No me fío de las impresiones generales si no vienen avaladas por cifras contrastadas», continuó Freixas, que fue presentada por el coordinador de esta edición del seminario permanente y profesor de la UCA, José Jurado.
La percepción de que son numerosas las mujeres escritoras nace de una premisa falsa: «Basta que haya unas pocas que tengan éxito para que se cree la impresión de que hay más», detalló Freixas, que además de sus investigaciones, acaba de terminar una nueva novela y ha iniciado otra.
«Cuando las escritoras ganan premios, lo más visible es que son mujeres, algo que no les ocurre a los hombres. Se nos niega la individualidad y la universalidad», destacó.
De forma tradicional, «se sigue asociando a las mujeres al amor, al sexo y a la maternidad. Esto debe ser también objeto de pensamiento y en eso estamos muchas mujeres: en pensar esas experiencias femeninas que quedaban fuera de la cultura».
Sin el 50%
Para argumentar sus afirmaciones, Freixas sacó la artillería pesada con unos datos que están ahí, al alcance de todos, pero que nadie se ha parado a analizar. Por ejemplo, de los 255 escritores galardonados con premios importantes como el Alfaguara o el Ateneo de Sevilla, solamente son 52 las mujeres (26%). El caso de los premios institucionales es similar si no más grave: «Entre 1976 y 2009 solamente el 7% de los premiados son mujeres».
En este último caso se encuentran galardones tan prestigiosos como el Cervantes -que en 35 años de historia sólo ha reconocido a escritoras en dos ocasiones- o el Nacional de Ensayo, que únicamente tiene un nombre femenino -Celia Amorós- en su nómina de autores. «Hubo quien achacó el premio a la cuota. Cuando se trata de una mujer es cuestión de cuota pero los hombres lo consiguen por sus propios méritos».
Para Freixas, esta situación -que debería haber empezado a cambiaron el inicio de la democracia- es la consecuencia de la ideología patriarcal: «Está en el mismísimo funcionamiento del lenguaje. Lo masculino es universal mientras que lo femenino es particular. El hombre se define por valores ligados a la sociedad y la cultura mientras que la mujer se une a lo doméstico, a lo sexual y a lo maternal», dijo poniendo como ejemplo los términos de hombre público frente a mujer pública.