Haití
Actualizado: GuardarImagina a ángeles cayendo muertos del cielo con las alas ensangrentadas. Mira cómo yacen los cuerpos medio enterrados en las avenidas y calles desquebrajadas, amontonados como bolsas de basura. Imagina que el suelo se abre y tiembla con la fuerza de mil demonios, que no puedes respirar el aire, que se ha hecho asfixiante. Escucha el grito despavorido y desolado del pueblo, sumido en el terror de una tierra tornada en infierno rojo y humeante. Imagina que todo aquello a lo que tus manos procuran aferrarse se tambalea irremediablemente. Piensa que se cumple aquello que el calendario maya predecía, que el fin del mundo ha llegado a su fin dos años antes, con todo su caótico dolor y su pérdida de fe.
Escucha, a lo lejos, cómo unas madres oran entre lágrimas encomiándose a su religión, cómo esas oraciones se interrumpen por el grito despavorido de niños solitarios que no alcanzan a entender el porqué la tierra se tragó a sus padres.
Es entonces cuando procuras andar y después correr. pero tus pies pesados se tropiezan torpemente con todo, consigues llegar a la calle donde vive tu familia, pero con perplejo horror contemplas cómo esa casa ya no existe; todo es piedra y escombro entre sangre, polvo y ruinas. Gracias a Dios, aparece el rostro ajado de tu hermano mayor, que te dicta que huyas del lugar; sin embargo, tu corazón te dice que debes ayudar a encontrar a los tuyos. Con el temblor en tus manos quitas y remueves piedras y puertas de madera, pero tus fuerzas se merman y los tuyos no aparecen. Algo en tu interior te grita que ya es tarde, mientras por sorpresa tu perro fantasmal aparece a tu lado. Te aferras a él y buscas. buscas sin encontrar.
Pasan las horas y sigues buscando ya sin buscar, incluso te culpas por seguir vivo ante tanta muerte. Te preguntas el significado de la vida, si es que la tiene, y el porqué de tan aciago destino. La esperanza se ha ido. Lo sabes, pero aún no lo puedes creer. ¡Ojalá fuese una mala pesadilla! Pero es, ha sido y seguirá siendo. El apocalipsis ha llegado a todos. Quizás mañana salga el sol, y el mundo seguirá girando. Pero tú te preguntas: ¿cómo seguir viviendo tras tanta muerte?