![](/cadiz/prensa/noticias/201001/24/fotos/1540950.jpg)
Rato desembarca en las cajas de ahorros
En el PP, antiguos colaboradores trabajan para preparar el terreno a una integración con entidades de distintas comunidades Desde Caja Madrid intentará una fusión interterritorial
MADRID. Actualizado: GuardarRodrigo Rato desembarca en las cajas de ahorro. La asamblea de delegados que Caja Madrid celebrará el próximo jueves 28 de enero le designará presidente de la entidad madrileña, pero con el sector en plena reestructuración se da por seguro que el ex vicepresidente económico del Gobierno y anterior gerente del Fondo Monetario Internacional ha puesto el listón más alto y aprovechará la oportunidad para liderar un proceso de fusión interterritorial con todas las consecuencias. No será el primero -la andaluza Cajasol ya tiene en marcha la absorción de Caja Guadalajara- pero la resultante tendrá gran dimensión.
Dijo Miguel Blesa, el presidente saliente, que los administradores de Caja Madrid han elaborado estudios con todo tipo de combinaciones. Y aseguró que, incluso lo que pudo considerarse un chascarrillo -la megafusión con La Caixa- fue objeto de serio análisis. A su juicio, un proyecto que ya en 1997 parecía inalcanzable, ahora es más difícil.
No será por ausencia de entendimiento entre Rodrigo Rato y los dirigentes de la entidad catalana. Cuando el todavía gerente del FMI se planteó abandonar Washington antes de tiempo, el presidente Isidro Fainé le hizo jugosas ofertas, aunque finalmente sólo cuajó su incorporación a la comisión ejecutiva de Criteria, la corporación que aglutina las participaciones industriales de la entidad de ahorro. Lo cierto es que la comunicación sigue siendo muy estrecha.
Voluntad política
Rato decidió postularse para Caja Madrid, y sus antiguos colaboradores en el Ministerio de Economía, y en especial Cristóbal Montoro, actual portavoz económico popular, empezaron a trabajar en una de las direcciones ya planteadas, que ofrece dificultades, pero no insuperables. La entidad madrileña podría crecer hasta superar en tamaño a La Caixa con la absorción de Caixa Galicia y la Caja de Ahorros del Mediterráneo. El PP está en el Gobierno de las comunidades donde estas cajas de ahorros tienen sus sedes, pero el presidente de la Xunta de Galicia, el emergente líder popular Alberto Núñez Feijóo, ha presionado con todas sus fuerzas por la integración de Caixa Galicia con la viguesa Caixanova.
Desde la calle Génova, la dirección nacional de los populares alienta el plan a tres bandas, que complace igualmente al gobernador del Banco de España. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que el próximo martes viaja a Galicia para participar en un acto de la Confederación de Empresarios gallegos en Santiago y en un almuerzo-coloquio organizado por el Club Financiero de Vigo, querría dar alas a una fusión interregional de envergadura porque cree que esa es la mejor fórmula para reestructurar el sector. De las integraciones de cajas del mismo territorio -opina el gobernador- siempre resultará una suma de entidades con parecidos problemas y redes duplicadas.
Rodrigo Rato accede a la cúpula de Caja Madrid con la biografía profesional más brillante que un presidente podría atesorar. Dirigió la economía española con el viento a favor, y pudo apuntarse durante su mandato desde la exitosa entrada en el euro a buena parte del más largo periodo de bonanza conocido en la etapa democrática, con holgado superávit en las cuentas públicas, rápido descenso de las tasas de paro y notable crecimiento de la actividad económica. Pero también germinaron en esa época algunos de los males que ahora pasan factura, como la burbuja inmobiliaria.
El otro gran hito de su carrera, la dirección del Fondo Monetario Internacional, se clausuró de forma abrupta. En junio de 2007, Rato anunció su marcha anticipada de uno de los puestos más altos nunca desempeñados por un español en organismos internacionales, alegando razones personales y familiares que no concretó. Cuando, en octubre, materializó su salida, ya estaba prendida la mecha de la formidable tormenta financiera que provocó la actual etapa de recesión. Desde el FMI «no se podía ver nada» aseguran colaboradores del ex ministro, que abonan esta defensa con el argumento de que la institución internacional se sometió después a una profunda revisión.
Entre medias de estos dos episodios Rodrigo Rato sufrió la gran decepción de su carrera política, porque en septiembre de 2003 su gran amigo José María Aznar prefirió a Mariano Rajoy como sucesor Así acabaron sus opciones.