Una de las puertas que fueron forzadas con palancas seguía ayer precintada. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Asaltan de madrugada cinco oficinas en el edificio Minerva de la Avenida

El ladrón reventó las cerraduras y desordenó las oficinas, pero sólo se hizo con dinero en metálico, abandonando los ordenadores

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Como cada día a las ocho de la tarde, el portero del edificio Minerva revisó todos los pasillos y recovecos del inmueble antes de echar la llave hasta el siguiente día de trabajo. Era viernes por la noche y nadie trabajaba hasta tan tarde. Así que cuando se cerró la cancela de hierro que da a la Avenida (en el número 3 de Ana de Viya) ya no quedaba dentro ni un alma... Al menos eso parecía, sin embargo, a la mañana siguiente cinco despachos amanecieron con sus puertas destrozadas. Alguien las había asaltado esa noche para robar.

«Nadie sabe cómo se coló en el edificio, porque ni las ventanas ni la puerta de la azotea estaban forzadas», explicaba ayer el mismo portero del edificio. La discreción con la que el ladrón entró en inmueble, contrastaba sin embargo con las brutales maneras con que se adentró en las oficinas. Algunas cerraduras fueron retorcidas con palancas y otras puertas (de endeble aglomerado) estaban rotas a golpes.

Lo sorprendente, en cambio, es que dentro de los despachos parecía que nada había desaparecido: ni los ordenadores, ni teléfonos móviles habían sido robados. Al parecer, el ladrón (o los ladrones) sólo quería dinero y aunque finalmente halló algo de efectivo en los cajones, el botín no debió de ser muy sustancioso. Quizá por eso, repitió el asalto hasta en cinco ocasiones: cuatro locales en la segunda planta y una quinta oficina, en el piso superior. Los negocios afectados nada tienen que ver entre sí, desde una consultora de recursos humanos, hasta una empresa de gestión deportiva, pasando por un despacho de administradores de finca y otro de trabajo temporal. Ayer seguían cerradas con un candado de motocicleta, mientras la Policía buscaba en su interior rastros del asaltante.