![](/cadiz/prensa/noticias/201001/13/fotos/1493131.jpg)
Brown paga la factura de Blair
El ex jefe de prensa del anterior 'premier' británico defiende la actuación de su antiguo jefe en Irak y mina las opciones laboristas
LONDRES. Actualizado: GuardarEl que fuera jefe de comunicación y estrategia de Tony Blair entre 1997 y 2003, Alistair Campbell, aseguró ayer que el ex primer ministro británico no cambió de opinión sobre la invasión de Irak después de reunirse con George W. Bush en abril de 2002, a pesar de que el ex embajador de Londres en EE UU, Christopher Meyer, dijo lo contrario al testificar el año pasado ante la comisión pública que analiza el rol de Reino Unido en la guerra. De hecho, la comparencia de Campbell llamó la atención no tanto por sus revelaciones, sino porque se dedicó a echar la culpa a otros, defendió con uñas y dientes su labor y la de Blair, y no mostró ningún ápice de arrepentimiento, lo que llevó a que la prensa resumiese su intervención con un toque de humor parafraseando la famosa canción de Edith Piaf 'Je ne regrette rien'.
El periodista, un hombre hacia el que pocos británicos sienten simpatía y al que consideran un experto manipulador, reveló que Blair prometió a George W. Bush que Reino Unido «estaría ahí», de su lado, si una acción militar fuese necesaria. Dio su palabra en unas cartas que escribió en privado al presidente estadounidense en 2002 y en las que, según Campbell, le transmitía que «compartimos el mismo análisis, compartimos la misma preocupación. Vamos a estar con vosotros a la hora de asegurarnos que Sadam Hussein se enfrenta a sus obligaciones e Irak es desarmado. Si esto no se puede hacer por la vía diplomática, se hará por la militar».
Durante las cinco horas que duró la sesión, Campbell no dio su brazo a torcer e incluso se mostró desafiante: «Parece que ustedes quieren que diga que Tony Blair se apuntó, sin importar los hechos y las armas de destrucción masiva, al vamos a deshacernos de este tío», indicó Campbell y añadió que eso «no fue así». El ex primer ministro pensaba que la situación podía «resolverse de manera pacífica» hasta la víspera de la guerra, según el informador, que destacó que Blair sabía que la sociedad británica se oponía mayoritariamente a una acción militar, pero creía que si no actuaban se enfrentarían a «un día del juicio final con Sadam aún mayor» en un futuro.
El peligro de Sadam
La comparecencia de ayer generó mucha atención porque Campbell es la figura más importante de las que han testificado desde que esta comisión se inauguró el pasado noviembre. Pocas personas estuvieron tan cerca de Blair durante los meses que precedieron la guerra y jugó un papel clave en la elaboración del famoso informe en el que se afirmaba que Irak podía desplegar armas de destrucción masiva en 45 minutos. Ayer defendió «cada una de las palabras» de ese documento de septiembre de 2002, aunque reconoció que algunas partes podrían haber sido «más claras». Siempre se le ha considerado el responsable de haber manipulado la información facilitada por los servicios de espionaje británicos para hacerla más atractiva, pero ayer lo volvió a negar.
El testimonio del ex jefe de comunicación de Downing Street servirá para allanar el terreno a Blair, que comparecerá ante la comisión dentro de dos o tres semanas, pero no al actual primer ministro, Gordon Brown, que durante aquellos años ostentaba la cartera de Economía. Alistair Campbell dijo ayer que los británicos deberían sentirse «orgullosos» de que Reino Unido derrocase a Sadam, una afirmación que no ayudará en absoluto a un Partido Laborista, que se prepara para unas elecciones generales. Y es que lo último que necesita Brown es que recuerden al electorado que fue su formación la que le llevó a guerra.