
Fernando Alonso, de nieve y rojo
La tradicional cita montañera de la escudería de Fórmula Uno más emblemática cumple veinte años El español inaugura su periplo en Ferrari en una convivencia de grupo en los Dolomitas italianos
MADRID. Actualizado: GuardarLa foto se registra hoy para la posteridad, las hemerotecas y la memoria selectiva de mitómanos empedernidos. Fernando Alonso se viste al fin de Ferrari. De nieve y rojo, porque el archivo quedará consignado en Madonna di Campligio, la estación invernal más chic de los Dolomitas italianos, allá donde Marco Pantani perdió un Giro por exceso de hematocrito y donde Ferrari concentra a su personal laboral para una convivencia tribal durante los últimos diecinueve años. El deportista que cambió el curso de la Fórmula 1 en España arranca su periplo en la escudería más emblemática. Linaje proclive a las costumbres, Ferrari ha asociado su divisa a Madonna di Campligio en la pretemporada de la Fórmula 1.
Se trata de una cita en la nieve que promueve uno de sus principales patrocinadores, Philip Morris, la tabaquera que comercializa Marlboro. Junto a los trabajadores de Ferrari se juntan también los integrantes del equipo Ducati, de moto GP, patrocinados igualmente por la multinacional americana.
En la estación italiana se da el pistoletazo de salida a la campaña de Fórmula 1 porque, como casi siempre en este deporte, Ferrari marca la pauta.
Parejas de pilotos
En Campligio se alinearán Alonso y Massa, como años atrás han coincidido otras parejas, Raikkonen y el brasileño, Schumacher y Barrichello, Alesi y Berger, Alain Prost y Alesi... El plan consiste en el fomento del buen rollo, del estilo familiar que impone la casa, pese a que es la marca más conocida de Italia en el mundo. Los portavoces de Ferrari explican que el presidente Montezemolo pretende con la semana en la nieve un clima de comunicación, lazos unidos y trabajo en equipo. La idea idílica de todas las empresas del mundo. Ferrari pone los medios. Desplaza a su gente a las montañas.
Alonso llegará hoy a Campiglio con la agenda debajo del brazo. Un programa de actividades que incluye reuniones con instructores de esquí para los novatos, exposiciones de monoplazas Ferrari, tour fotográfico de anteriores ediciones y motores de la escudería, presentación de los pilotos entre luces de antorche en la nieve, carreras de esquí para los clientes que compran paquetes de estancia con el equipo, encuentros del público con las estrellas de la Fórmula 1 y competiciones en motos en un estanque helado. Una cita con el glamour de la F-1 a dos mil metros de altura. Alonso es novato en estas lides. Lo más parecido a este tipo de convivencia fueron sus semanas invernales al calor de Kenia, en el complejo turístico propiedad de su antiguo mentor y jefe, Flavio Briatore. Pero era un ámbito más individualista. El magnate italiano ex de Renault invitaba a sus pilotos fetiche a pasear entre leones y jirafas. Ferrari concentra a la mayor parte de su plantilla. Hoy, el asturiano ya tiene en el programa una cena con el staff de la escudería. La hibernación 2009 de Alonso termina. Un invierno tranquilo, consumado su fichaje, con un lapsus rosa. Sus asesores han desmentido que el piloto se haya separado de su mujer, Raquel del Rosario, como se dijo en un programa.