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Chile otea un ajustado duelo para la segunda vuelta

A una semana de la segunda vuelta, la ventaja del conservador Piñera sobre el democristiano Frei se ha reducido notablemente

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La derecha chilena festeja por anticipado el resultado de las elecciones presidenciales que se dirimen el próximo domingo en segunda vuelta. Si el empresario multimillonario Sebastián Piñera consigue la victoria, como adelantan las encuestas, será la despedida para la coalición de socialistas y democristianos que gobierna el país andino desde la caída del dictador Augusto Pinochet en 1990. Pero a pesar de que los sondeos dan ventaja a Piñera por cinco puntos, el candidato del oficialismo, Eduardo Frei, aún tiene posibilidades. Los analistas anticipan un final de infarto.

En la primera ronda, celebrada el 13 de diciembre, Piñera obtuvo un triunfo holgado. Se impuso con el 44% de los votos a Frei, presidente entre 1994 y 2000, que sólo cosechó el 29,6% de los apoyos. Desde entonces, el conservador actúa casi como un mandatario electo que sólo cuenta los días que le faltan para asumir la jefatura del Estado.

Mientras, su rival trabaja para sumar apoyos y lo hace con una aliada de lujo, la presidenta socialista Michelle Bachelet, que está cerca de dejar su cargo con una popularidad superior al 80% según la última encuesta de Adimark. Se trata del más alto índice de aprobación para un dirigente chileno saliente, pero que no se transfiere al candidato democristiano de la concertación, menos carismático.

Con miras a esta segunda ronda, los sondeos revelan que la brecha entre ambos competidores se estrecha notablemente. La encuesta del Mercurio-Opina sostiene que Piñera obtendría un 46,2% de los votos, poco más de lo que cosechó en primera vuelta, mientras que Frei subiría al 39,7%. Por su parte, el diario 'La Segunda' y la Universidad del Desarrollo evaluaron que Piñera ganaría con el 48% ,frente al 43% de Frei.

Trasvase de votos

El aspirante democristiano se estaría beneficiando del traspaso de votos progresistas que en primera ronda fueron al ex diputado socialista Marco Enríquez Ominami, que sumó un 20% de los sufragios como disidente de la desgastada coalición gobernante, y del izquierdista Jorge Arrate, que sacó un 6,2%.

Enríquez se ha erigido en 'el gran elector' en la vuelta definitiva. Piñera y Frei pujan por su apoyo, pero él lo ha dejado claro: «Si quieren el voto de quienes nos apoyaron escuchen sus demandas. No tengo ninguna posibilidad de llamar a endosar votos a otros candidatos». Pero esta semana fue un poco más sesgado. «Sigo creyendo que Piñera es un tremendo retroceso y que Frei no es ningún progreso», distinguió. Fue el máximo apoyo que está dispuesto a dar al oficialista.

Los encuestadores sostienen que del total de votantes de Enríquez, dos tercios podrían inclinarse por Frei y un tercio por Piñera. Estos últimos son progresistas contrarios al democristiano.