Vendaval llena de ídolos pop la capilla de Santa Catalina
'I wanna be adored' es el título de la muestra que se inaugura mañana de la mano de Neilson Gallery
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa facilidad que siempre ha tenido la sociedad para fabricar ídolos y venerarlos a lo largo de la historia ha alcanzado su máximo apogeo en las últimas décadas del siglo XX. La cultura pop fue la encargada de dotar de un carácter divino a múltiples figuras de la escena política, cultural o social. Los cuadros de Andy Warhol son la máxima expresión. En ellos Mickey Mouse, Marilyn Monroe o el Che son considerados semidioses.
El colectivo gaditano Vendaval , formado por los artistas Rocío Arévalo y Pablo Alonso de la Sierra (recién llegados de Venecia, donde realizaron varios proyectos gracias a una beca de la Junta de Andalucía), juega con esta idea en la exposición que mañana se inaugura en la capilla de Santa Catalina, dentro de la iniciativa 'La capilla tiene arte', en la que cada mes una galería de la provincia se encarga de intervenir este particular espacio y transformarlo a partir de las artes plásticas, las instalaciones y el videoarte.
En esta ocasión le toca el turno a la Neilson Gallery de Grazalema a través de la muestra de Vendaval 'I wanna be adored' (Quiero ser adorado), que reflexiona sobre la creación de ídolos a lo largo de los siglos y el concepto mismo de adoración. «La exposición se basa en el culto a la personalidad y la necesidad que tenemos los seres humanos de ser adorados», apunta Pablo Alonso. Según él, el proyecto lo tenían en mente antes de que los responsables de la galería se pusieran en contacto con ellos. «Queríamos hacer esta muestra en un espacio sagrado como éste».
La canción de Stone Roses es la encargada de poner título a la exposición, que combina el audiovisual con la cerámica policromada, la seña de identidad del colectivo. «Hay un vídeo-karaoke donde una serie de personajes repasa la letra de la canción». Por otro lado, el suelo está intervenido con piezas doradas y también las hornacinas de los laterales. También puede contemplarse una rica iconografía, como llaves o calaveras, puesto que «la adoración y la muerte, están vinculadas». En el suelo, acecha la contundente frase: 'I wanna be adored', en medio de varias velas que pueden ser encendidas por el propio espectador.
El pasillo de abajo cierra la exposición con tres espejos deformantes. Allí, la afirmación se convierte en interrogante: 'Do you want to be adored?' (¿Quieres ser adorado?) al tiempo que tres reclinatorios permiten al observador rezarse a sí mismo como si fuera una auténtica divinidad.
No obstante, hay espacio para la reflexión. «A menudo la adoración termina en fanatismo», apuntan desde Vendaval. De ahí que una imagen de Hitler acabe consumiéndose entre las llamas en otro de los vídeos.