ESPAÑA

Los cooperantes están en manos de la sección más radical de Al-Qaida en Mali

El CNI negocia ya a través de mediadores tuaregs el pago de un rescate a la Brigada Tarek Bin Zayad

MADRID. Actualizado: Guardar
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El CNI ya sabe a quién se enfrenta. y las noticias no son las mejores, pero no son del todo malas. Los tres cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania el pasado 29 de noviembre están «casi con toda seguridad» en manos de las más importante y radical facción de Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).

Según han informado altos responsables de la negociación, se trata de la autodenominada Brigada Tareq Bin Zayad, un grupo con una experiencia ya abultada en secuestros de occidentales y que está liderado por un 'yihadista' irredento, Abdel Hamid Abu Zayd, muy duro en las tratativas pero, sobre todo, obsesionado por su seguridad, lo que podría alargar la resolución de esta crisis.

Pero no todo es pesimismo, Tareq Bin Zayad ya ha demostrado que, al final, sólo está interesado en el dinero, según han confirmado a los agentes y diplomáticos españoles en Bamako los intermediarios malienses que trabajan en la liberación por órdenes expresas del presidente del país, Amadou Toumani Touré, quien se ha implicado en el caso desde el comienzo.

Reivindicación política

El Gobierno español ya ha sido alertado de que el grupo, como en anteriores ocasiones, va a plantear «reivindicaciones retóricas políticas» como la supuesta liberación de muyahidines encarcelados en España (como ya hizo en el comunicado del pasado 7 de diciembre en la que se responsabilizó de la captura de los cooperantes), pero que al final únicamente busca dólares.

La información de los últimos días facilitada por los tuaregs desplazados a la zona ha servido para que el CNI y Exteriores tengan una idea «bastante clara» de la situación: Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez están retenidos en el noroeste de Mali, en un punto equidistante unos 200 kilómetros de las fronteras de Argelia y Níger.

Los cooperantes están recluidos en una zona desértica conocida como Kidal, fuera del control del gobierno maliense, y en la que conviven los terroristas de la franquicia de Al-Qaida con cerca de unos 5.000 tuaregs dispersos en varios grupos.

Los españoles, que están en compañía del francés Pierre Camatte, secuestrado en Mali el 25 de noviembre, se hallan a cientos de kilómetros de las ciudades más cercanas, Tombuctú y Gao. En ese área, sólo hay dos aldeas, Tessalit y Aguel, y ambas están bajo el yugo de los terroristas, por lo que no cabe esperar colaboración alguna de los autóctonos.

Junto a ellos, según la Inteligencia española, no está la pareja italiana formada por Sergio Cicala y Filomene Kabouree, capturados el 18 de diciembre en Mauritania. Los intermediarios malienses han informado al Gobierno español de que los transalpinos han sido secuestrados por la misma facción de AQMI, aunque no por la misma célula, y que hasta el momento no han sido llevados al lugar donde están retenidos los españoles y el ciudadano galo. De hecho, la huida del comando con los dos italianos está dificultando los contactos con los secuestradores del resto de los occidentales en las últimas horas.

El jefe terrorista Abdel Hamid Abu Zayd, por ahora, no ha dado la cara. Ha dejado los contactos a personas delegadas, entre ellos al portavoz del AQMI, Saleh Abu Mohamed, el terrorista que reivindicó el secuestro de los españoles y cuya voz también se oye en la grabación hecha pública ayer por Al-Qaida en la que se anuncia el rapto de los dos italianos.

Desde hace una semana, el Centro Nacional de Inteligencia y los servicios diplomáticos recopilan información sobre el entorno y los movimientos de Abu Zayd. Los antecedentes son más o menos optimistas: los hombres de confianza del jefe terrorista se han avenido a negociar en los últimos meses a cambio de sustanciosos rescates «siempre económicos» la liberación de dos canadienses, un alemán y dos suizos.

Sin embargo, no todo es positivo: todos los indicios apuntan a que Abu Zayd fue quien mandó ejecutar el pasado mayo al rehén británico Edwin Dier, después de que el Gobierno del Reino Unido se negara a pagar un rescate y a negociar la salida de la cárcel del clérigo radical 'Abu Qutada'.

Abu Zayd también es el responsable del asesinato de siete policías argelinos en febrero de 2008 y del homicidio dos meses después de que tres tuaregs en el norte de Mali que intermediaban en la liberación de dos ciudadanos austriacos. El cabecilla terrorista no dudó en ordenar ejecutar a los mediadores para evitar dar pistas sobre la localización de sus escondites.

«Complicadas»

Las relaciones de Zayd con el hombre al que España ha confiado la negociación, el histórico jefe tuareg Iyad Ag Ghali, son «fluidas», aunque «siempre complicadas». Ghali, que es consejero consular de Mali en la localidad saudí de Yedá, ya ha abandonado de forma temporal sus funciones diplomáticas para dedicarse a la liberación de los españoles y el francés.

El CNI, que ahora lidera en solitario las gestiones del secuestro con agentes desplazados a Tombuctú, Bamako y otras localidades malienses, trabaja codo con codo con el espionaje galo de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) y es partidario de cerrar un acuerdo económico global por los cuatro rehenes. Un rescate, anticipan fuentes de la negociación, que tendrá como mínimo seis ceros.