ENFADO

Javi Gracia, aún más que con sus palabras comedidas, con la expresión de su rostro y con el tono de sus declaraciones, ha puesto de manifiesto su enfado por la desafortunada actuación del árbitro. A su juicio, el excesivo rigor con el que los colegiados de turno sancionan las faltas de los jugadores amarillos influye negativamente en los resultados y, como consecuencia, explica parcialmente la mala clasificación del equipo. Opinamos que el parón que proporcionan estas fiestas navideñas al itinerario liguero ofrece la oportunidad para que, más serenamente, el responsable técnico analice los otros factores que, sin duda alguna, también han contribuido a la marcha irregular de un conjunto que no ha sido capaz de responder a las expectativas creadas al comienzo de la temporada. Sin restar validez a la interpretación del entrenador, no estaría mal que también revisara la composición de la plantilla y planteara a los directivos la conveniencia de efectuar algunos fichajes que desminuyeran la fragilidad de algunas líneas. El partido del pasado domingo ha ratificado las impresiones y los temores que nos han turbado durante esta primera parte de la temporada. Hemos de reconocer que aún no se ha logrado un equipo compensado que, con una fisonomía personal y con un carácter propio, ofrezca garantías de hacer un papel digno en la Segunda División. El Cádiz actual todavía no es un conjunto equilibrado que haga un juego serio y sobrio, capaz de superar a la mayoría de los equipos adversarios. Son inevitables algunos refuerzos para que, en la reanudación de la competición liguera, los aficionados renovemos las ilusiones del comienzo de la temporada y, nuevamente, alimentemos la convicción de que el equipo amarillo logrará, al menos, la permanencia en la División de Plata.