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Reconciliación en la playa
Actualizado: GuardarSí, es diciembre. Sí, es una playa. Sí, hay casi cien mil personas esperando su turno para remojarse las pantorrillas. Mientras en España el mercurio del termómetro apenas tiene fuerzas para levantarse por encima del cero, en la otra punta del globo viven en un universo de bermudas, sandalias, gorrillas y mínimas camisetas. En la fotografía, una muchedumbre confusa pisa la martirizada arena de la playa de Durban (Sudáfrica) y goza -es un decir- de las olas del Océano Índico. En vísperas de celebrar la Navidad, con una temperatura de 27 grados a la sombra, los bañistas toman al asalto la tercera ciudad del país para disfrutar del Día de la Reconciliación. La jornada se instituyó tras la caída del Apartheid y conmemora el final del racismo y el inicio de una nueva era sin distinción de colores, ideologías o credos. Durban ejemplifica como pocos lugares el mosaico humano de Sudáfrica: hay negros (68%), asiáticos (20%), blancos (9%) y mestizos (3%). Y cada 16 de diciembre, a punto de comenzar el verano austral, todos se citan en la llamada 'milla de oro' de la ciudad (una playa kilométrica dividida por varios muelles) para festejar que la todavía joven democracia sobrevive a los graves problemas del país: paro, delincuencia, pobreza... En Durban, el próximo 16 de junio, a las cuatro de la tarde, España debutará en el Mundial de fútbol frente a Suiza. El paisaje, entonces, será otro: esas playas estarán casi vacías, los lugareños cambiarán las bermudas por el jersey y usted, que ahora hiberna enterrado en bufandas, se sentará frente al televisor en bañador, resoplando y con una cerveza fresca en la mano.